Desde comida en mal estado en los refrigeradores hasta averías en aparatos eléctricos, el peor apagón de la historia de España traerá consecuencias para las aseguradoras y podría disparar las indemnizaciones.
Los seguros de hogar suelen cubrir averías de aparatos eléctricos o la descomposición de la comida del refrigerador por la ausencia de energía eléctrica. En estos casos, los tomadores de la póliza de hogar pueden reclamar a la aseguradora, que es la que indemnizará al usuario. Los usuarios también podrían solicitar directamente una indemnización a su proveedor eléctrico, aunque las asociaciones de consumidores suelen aconsejar ir contra las aseguradoras.
Generalmente, la aseguradora indemniza al usuario y, a su vez, inicia una reclamación contra la compañía eléctrica, que termina siendo la que tiene que pagar si hubo una avería que provocó daños al usuario. Estos siniestros domésticos suelen estar incluidos en los seguros de hogar.
En el caso de la comida en mal estado, hace falta que hayan pasado seis horas para poder reclamar. Es decir, si el apagón se prolonga durante seis horas y, como consecuencia, hay comida que se echa a perder en el refrigerador, los afectados pueden cursar una reclamación para ser indemnizados. Para esto, hace falta realizar una estimación del daño en función del precio de los productos. Lo habitual es recabar la información técnica sobre el tiempo en el que no hubo electricidad, cuestión que en este caso fue evidente.
Las aseguradoras, que se encuentran en reuniones de urgencia para realizar un seguimiento de la situación y priorizar que todo funcione correctamente donde es más necesario (por ejemplo, en los centros médicos y hospitales de las compañías con seguro de salud), aún no son capaces de cuantificar el daño potencial y si posteriormente tendrán que reclamar a las empresas eléctricas o al Estado español. Incluso, podría ser al Consorcio de Compensación de Seguros de España, si es que se trató de un ciberataque y se considera terrorismo.
Otras reclamaciones posibles podrían estar relacionadas con accidentes de tránsito, ante el caos que se ha provocado en las rutas y calles de las principales ciudades o cortes de producción y de servicio en fábricas y empresas que tengan seguros para la continuidad de la actividad.
