Columnistas

ART y COVID, una historia de agilidad, transformación y adaptación

Por Julia Chaves, Gerente de Capital Humano de DDN Central de Seguros.-

Desde el sábado 1 de enero de 2022, en la Argentina la cobertura de siniestros por COVID se brinda solamente a trabajadores de la salud y miembros de las fuerzas de seguridad.  A partir de esta fecha, se la considera una enfermedad de carácter inculpable (no relacionada con el trabajo), excepto en los casos que se manifiesten dentro del contexto de trabajo de los grupos de colaboradores anteriormente mencionados.

A partir de la pandemia, dentro del mercado de seguros, las ART tuvieron que ser muy ágiles y adaptarse rápidamente al nuevo escenario para cubrir a los asegurados.   En marzo 2020 estalló la crisis sanitaria en todo el mundo.  Nadie sabía bien de qué se trataba, cómo se contagiaba el virus, cómo prevenir la enfermedad, el grado de letalidad, etc.  Las ART comenzaron a informarse con profesionales para entender la situación de modo de poder crear y divulgar protocolos de seguridad específicos para prevenir contagios en los ámbitos laborales.

Esta enfermedad significó una novedad en todo el planeta, extraña a cualquier tipo de coberturas de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART), un desafío sin precedentes en un escenario sin tiempo para realizar muchas evaluaciones o cálculos de riesgo.

Las ART respondieron eficientemente, haciéndose cargo de una cobertura nueva, totalmente diferente a lo que venían atendiendo, y lo hicieron con total flexibilidad y creatividad, reacomodándose ágilmente al nuevo contexto.  Cabe destacar que no solo se trató de las prestaciones médicas, sino que las ART también se encargaron de las prestaciones dinerarias (reintegro de salarios) cuando -en rigor- se trata de una enfermedad no listada.

Para atender a la cantidad de afectados por COVID en las empresas, las ART tuvieron que aumentar la dotación de médicos, así como, operativamente, adaptar sus sistemas. Una reconocida compañía de ART (Provincia ART) llegó a recibir 64 casos por hora, es decir, llegaron a registrar el ingreso de más de 1500 casos por día. Al principio fue un poco caótico, pero luego todo se fue acomodando y se pudo responder en tiempo y forma a la creciente demanda. 

Para hacer frente a esta situación de siniestros creciente, las ART acudieron al Fondo Fiduciario de Enfermedades Profesionales (FFEP), que -por Resolución 467/21- aumentó la alícuota fija de $0,60 a $40 por empleado.  Oportunamente se dispuso un incremento trimestral según la variación de la remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (RIPTE) –índice no decreciente.  De hecho, a partir del 1° de febrero 2022 (Período AFIP a declarar 01/2022), el nuevo valor del FFEP será de $100 por empleado. Desde luego, esto contribuye a paliar la situación.

La ART cubre un riesgo muy “sensible”: la Salud de los trabajadores.  Se requiere una empatía especial por parte de los players del sector, máxime en una situación de crisis sanitaria sin precedentes en el nuevo milenio.  Abordar a los pacientes no solo para contribuir con una pronta recuperación de su salud física sino también desde lo psicológico y lo anímico.  Los profesionales de ART estuvieron a la altura de las circunstancias.

Lo cierto es que hoy no sabemos cuándo finalizará la pandemia…  El escenario continúa siendo dinámico.  Según lo que vaya surgiendo, el principal desafío del sector es, de ser necesario, repensar nuevas estrategias para seguir adelante.

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