El coronavirus fue desigual en cuanto al impacto en diferentes sectores empresariales. Mientras que en algunas industrias, como la de los eventos, el golpe parece fulminante, en otras se generó un boom sin precedentes, como en el caso del entretenimiento digital. En concreto, mientras que las acciones de Netflix crecieron un 30% este año, Disney despidió a 28 mil trabajadores de sus parques, cruceros y eventos, por citar dos ejemplos contundentes.
En el medio, el resto de las empresas trató de absorber el golpe de la mejor manera posible y, aunque el valor que aporta la tecnología a los negocios lejos está de ser una novedad, lo digital pasó a cobrar una importancia basal. Aquellas empresas que habían invertido más en este sector, pudieron resolver mejor este desafío, mientras que las que no, lo sufrieron notablemente.
Nuestra vida cotidiana es un testimonio de esta realidad. ¿Qué hubiera sido de esta pandemia sin el acompañamiento de la tecnología? En términos de comunicación, por ejemplo, Zoom pasó de unas 10 millones de videollamadas en diciembre de 2019 a 300 millones en abril de 2020. Y en términos de flujo de provisiones, Kantar registró que en la Argentina ya se venden 500 mil productos por día a través del e-commerce.
El valor de lo digital es, por supuesto, muy relevante para el sector asegurador, al que muchas veces, paradójicamente, se lo acusa de conservador. Las empresas de seguros que en los últimos años comenzaron a focalizarse en la innovación y la digitalización de sus procesos y desarrollos, hoy quedaron notablemente mejor posicionadas ante esta coyuntura.
En nuestra compañía, la tecnología es una herramienta fundamental para la gestión de los procesos internos y también lo es de cara al productor, nuestro socio estratégico en el negocio. En función de esto último, en este período, profundizamos el apoyo para que puedan llegar a sus clientes remotamente.
La pandemia generó que las tendencias se aceleráran y parece que el fenómeno se consolidará. Los productores que no se aggiornen corren riesgo de perder oportunidades de negocio. Por eso, contribuimos a que se familiaricen con el uso de estas plataformas tecnológicas y otros insumos básicos ofreciéndoles: capacitaciones constantes en materia de redes sociales, plataformas digitales, y herramientas de gestión de datos como Google Analytics. De esta forma, ellos pueden naturalizar estas prácticas y, a través del análisis intensivo de una gran cantidad de información, ofrecer un valor agregado a partir de un trato a medida con el cliente.
El desafío para el sector asegurador -que representa el 3% del PBI de la Argentina y es un inversor institucional clave- es continuar con esta línea y llevar a la tecnología al corazón del negocio, no sólo porque debemos hacernos presentes donde el cliente promedio espera encontrarnos, sino también porque en particular, entendemos que ha aumentado la cantidad de jóvenes que se insertan al mercado de trabajo y demandan seguros para los bienes que adquieren.
Según un análisis de Bloomberg, la generación Z – que nació en un mundo 100% digital – representa al 32% de la población mundial. Esta franja etaria, representa por excelencia a las nuevas formas de comunicación, ya que se trata de un público acostumbrado a investigar y a relevar precios, condiciones y términos, recurriendo a fuentes digitales.
En síntesis, en cualquiera de las direcciones hacia las que miremos, contemplar el escenario digital será fundamental. Tomar a la innovación y a la tecnología como una piedra angular de la cultura de la compañía, implica invertir y mejorar procesos, no sólo para solventar la gestión, sino también para poder estar más cerca de los asegurados, que son la razón de ser del negocio.