ENTREVISTA 100% SEGURO.- Algunas marcas comerciales desaparecen. Otras son absorbidas. Pero hay casos en que el espíritu que las rodeaba sigue intacto, indeleble, latiendo fuerte en quienes formaron parte de su historia. Eso es lo que quedó en evidencia en el segundo gran encuentro de excolaboradores de La Buenos Aires Seguros (LBA), realizado el sábado 12 de abril en el Club El Burgalés, ubicado en el barrio de Caballito.
La cita, cargada de emociones, anécdotas y recuerdos, reunió a unos 80 compañeros (el prefijo “ex” no aplica en este caso) que formaron parte de la empresa en diferentes décadas —desde los años ’70 hasta los 2000—, compartiendo horas, proyectos, desafíos y, sobre todo, una manera especial de entender el trabajo en equipo y el concepto colaborativo. Originalmente planificada en 2020 y suspendida por la llegada de la pandemia, fue la segunda reunión de este tipo, tras una primera convocatoria en marzo de 2019, con cerca de 150 personas presentes.
Aunque La Buenos Aires fue absorbida hace años, primero por el grupo HSBC, luego por QBE y finalmente por Zurich, el ADN de aquella aseguradora mítica sigue vivo en quienes la sintieron como una verdadera casa. Una escuela. Formadora de grandes cuadros profesionales, que han llevado el saber a sus siguientes experiencias laborales. Conceptos que hoy parecen un estándar de mercado, pero que en esos tiempos marcaron una verdadera innovación en la manera de llevar adelante una compañía de seguros.
Y terminó siendo mucho más que eso. Emergió como un lugar donde se forjaron amistades, aprendizajes y vínculos profesionales que aún perduran. Que se recuerdan con nostalgia, pero a la vez con la felicidad de saber que ese pasado sigue más vigente que nunca.
100% SEGURO dialogó con algunos de los asistentes a este segundo reencuentro: Gabriela Barbeito, Aldo Kazakevich, Luis Ferreyra, Claudia Quilindro y Andrea Poggi. Y nos trasladaron a esa etapa dorada de una aseguradora que sin dudas marcó época.
“Volver a vernos es reencontrarnos con nuestra propia historia, pero también con nuestros valores”, expresó emocionada Gabriela Barbeito, periodista de profesión, quien ocupó diferentes posiciones vinculadas a la publicidad y comunicaciones de la aseguradora. Para ella, lo más impactante es que, a pesar de los años transcurridos y de las vueltas de la vida, “la esencia de La Buenos Aires sigue intacta en nosotros”.
En la misma línea, Aldo Kazakevich resaltó el sentido de pertenencia y el orgullo que todavía sienten al recordar aquella etapa: “Nos dimos cuenta de que el nombre desapareció, pero el sentimiento no. Seguimos siendo ‘la gente de La Buenos Aires’”, manifestó quien ocupó diferentes cargos en el área de tecnología y se retiró de LBA como Gerente de Proyectos.
Por su parte, Luis Ferreyra, compartió esa mirada nostálgica pero optimista. Ferreyra sostuvo que “La Buenos Aires era más que una compañía de seguros. Era una familia, un lugar donde te sentías cuidado, escuchado y valorado. Era una escuela, donde te formaban como persona y profesional”, reflexionó el ejecutivo que estuvo 17 años en la compañía, siendo su último cargo el de Gerente de Desarrollo.
Desde su experiencia en Relaciones Publicas y Comunicaciones en aquella etapa, Claudia Quilindro subrayó el valor humano que siempre caracterizó a la compañía: “Uno veía que había equipos donde todos tiraban para el mismo lado, donde no importaba el área o el cargo; había cercanía, compañerismo, solidaridad. Es lindo ver que eso no se perdió, que todavía lo llevamos adentro”, relató, realzando la fortaleza de los lazos que se gestaron allí: “Fue como mi casa. Entré muy joven, cumplí mis 21 años en la compañía. Creé lazos profundos con la gente con la que trabajaba, vínculos que siguen hasta hoy. Muchos formaron familias a partir de esas relaciones laborales”, reveló quien se desempeñaba como Responsable de RRII y Comunicaciones de LBA.
Andrea Poggi sumó su visión personal: “Yo siempre digo que La Buenos Aires fue mi primer amor laboral. Era un lugar donde había una cultura especial, un modo de trabajar, de acompañarse, de celebrar los logros juntos. Estas reuniones son una caricia al alma porque nos reconectan con eso que nos marcó”, comentó quien desembarcó en la unidad de seguros tras ocupar diferentes posiciones en el Grupo HSBC.

Durante el encuentro, que tuvo lugar en un cálido espacio que permitió revivir memorias con la calidez que solo los viejos compañeros pueden dar, se recordó con nostalgia pero también con alegría esa época dorada de la compañía.
“Nosotros fuimos pioneros en muchas cosas”, destacó con entusiasmo Aldo Kazakevich. “Fuimos la primera aseguradora que introdujo ciertos productos, ciertas metodologías de trabajo. Eso también nos unía, sentíamos que éramos parte de algo innovador”, remarcó. Kazakevich, quien en la actualidad lidera su propia empresa de tecnología para el sector asegurador, bdt global, rememoró: “La Buenos Aires era una compañía exigente, pero te daba una enorme recompensa. Teníamos una cultura innovadora y de excelencia que parecía europea o norteamericana, pero hecha en Argentina. Y eso nos marcó a todos los que pasamos por ahí”.
En este sentido, la reunión evocó el rol disruptivo de la compañía, que fue pionera en muchas prácticas del mercado asegurador, entre ellas, la implementación del pago de siniestros en tiempo récord, la primera oficina virtual, el código de barras en las cuponeras y hasta la irrupción en el seguro masivo con bancos. “Era una empresa que no le tenía miedo a innovar y a escuchar al productor cara a cara”, expresaron casi al unísono.

Todos coincidieron en que La Buenos Aires fue mucho más que una marca, fue un modo de hacer seguros, poniendo a las personas en el centro de la escena, tanto a los empleados como a los productores y a los clientes. “Nosotros éramos un negocio de personas, no de plata”, valoró Andrea Poggi.
La emoción en el evento tuvo uno de sus puntos más altos cuando apareció Gonzalo Aguilar, quien fuera el Director Ejecutivo y gran líder de la compañía en su mejor momento: “Cuando entró, se pararon todos a aplaudir, como si fuera el gerente general de todos nosotros en la actualidad. Así lo sentimos. Fue un momento muy emotivo”, amplió Andrea Poggi, ex gerente de negocios de LBA.
“Aguilar no solo lideraba, te escuchaba, te convocaba, te hacía parte de las decisiones. Era un liderazgo muy humano, muy horizontal”, completó Gabriela Barbeito.

También participó del evento Agustín Colombo, quien ocupó diferentes cargos dentro de la organización, retirándose como Gerente Comercial, muy recordado por su compromiso y su estilo cercano.
Otra de las frases que resonó fue la de Luis Ferreyra, quien, al mirar alrededor y ver tantas caras conocidas, admitió: “Esto te hace dar cuenta de que, más allá de los cargos que ocupamos, lo que queda es el respeto, el cariño, el haber compartido un camino común”.

Como no podía ser de otra manera, la sobremesa fue larga. Anécdotas, abrazos, risas, fotos de aquella época que parecen de otra vida y, sobre todo, la promesa de no dejar que pasen otros seis años para el próximo reencuentro con brindis incluido.
“Lo lindo es que, más allá del tiempo, todos seguimos sintiendo lo mismo. Hicimos propio el lugar, no importa dónde sea, porque el espíritu lo llevamos nosotros”, resumió Claudia Quilindro.

Aldo Kazakevich cerró con una reflexión que sintetizó el espíritu de la jornada: “Había muchos deseos de encontrarse para refrescar eso que es parte de nuestro pasado y revivir eso que nos marcó. Estos encuentros nos permiten mantener viva la llama, y los seguiremos haciendo de manera periódica”, concluyó.
Como se dijo en la charla que 100% SEGURO tuvo con cinco de ellos, más allá de los cambios del mercado, de las fusiones y adquisiciones, lo que permanece es el capital humano, ese que deja huella en las historias personales. Y en el caso de La Buenos Aires Seguros, esa huella sigue marcada a fuego, tatuada en cada uno de sus corazones. Una leyenda que sigue más viva que nunca…