La población mundial consume un 30% más de los recursos que el planeta es capaz de sostener a largo plazo (WWF, 2008). Problemas como el cambio climático, el acceso al agua y la alimentación tienen una vinculación directa con esta situación. Así, los productos primarios y los bienes y servicios que proveen los ecosistemas (provisión de agua, fijación de carbono, ciclo de nutrientes, protección de cuencas, etc.) tendrán un valor creciente para el comercio mundial.
En este marco, en el Día Mundial del Medio Ambiente, Vida Silvestre invita a ponerte la escarapela verde y blanca del Planeta, y a celebrar de 9 a 18, en Plaza San Martín. Durante el transcurso de ese día, la artista Alejandra Gougy (Cosecha Prendas Vintage) armará la escarapela del Planeta con residuos provistos por la cooperativa El Ceibo. También, escuelas públicas y privadas de la ciudad de Buenos Aires participarán de la actividad con sus alumnos de primaria.
Recordemos que la Argentina cobra un rol central al poseer recursos naturales de importancia global. Por eso, se sitúa dentro de los 10 países que totalizan más del 60% de la capacidad de la tierra de proveer servicios ambientales, como la producción de alimentos y la captación de CO2. (Informe Planeta Vivo, WWF, 2014). Y al mismo tiempo, buena parte de su economía está directamente vinculada con el uso y aprovechamiento de los recursos naturales, a través del sector primario.
La Fundación Vida Silvestre celebra este día presentando las 5 propuestas para una Argentina Sustentable, las mismas fueron entregadas a los precandidatos presidenciales: Jorge Altamira, Alejandro Bodart, Víctor de Gennaro, Mauricio Macri, Adolfo Rodríguez Saá, Ernesto Sanz y Margarita Stolbizer.
La opinión pública ya percibe que cuidar nuestros recursos naturales es el camino a seguir: 73% de la ciudadanía está interesada en el ambiente, y el 82% está preocupada por la degradación de los recursos naturales de nuestro país y el mundo. (Encuesta Ambiental Nacional, Vida Silvestre- Poliarquía, 2014). Sin embargo, la agenda pública no suele dar a la sustentabilidad el espacio que se merece. Esta desatención se evidencia en el afloramiento de conflictos socio-ambientales ante respuestas políticas superficiales y coyunturales a problemáticas que requieren una mirada estratégica y de largo plazo.