Medioambiente Prevención

Vida Silvestre: inundaciones, incendios y el valor de conservar los recursos naturales

En las últimas semanas hemos presenciado un dramático escenario en diferentes regiones de nuestro país, destaca Vida Silvestre Argentina en un comunicado que difundió al respecto. En el noroeste de la Patagonia, incendios desatados en una magnitud pocas veces vista en los últimos años, y con una seria dificultad (climática pero también logística) de ser controlados. Y en el centro-este de nuestro país, lluvias intensas que generaron dramáticas situaciones en varias provincias de la Argentina, con daños materiales difíciles aún de estimar en cuanto a su costo de remediación.

 Resulta sencillo atribuir estos eventos a situaciones climáticas particulares, y desentenderse de las responsabilidades de quienes deben velar por la integridad de la sociedad, y anticiparse a este tipo de eventos. No obstante, este tipo de situaciones pueden preverse, y sus impactos, minimizarse», afirma Diego Moreno, director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina.

El organismo indica que, desde hace años existen a nivel mundial, proyecciones para las próximas décadas sobre los impactos del cambio climático. A pesar de la falta de un sistema extendido de medición y monitoreo meteorológico en la Argentina, los modelos nos muestran escenarios muy claros para los próximos años, que deberían servir al sector público para planificar medidas, obras y sistemas de prevención acordes a esos escenarios.

Según Vida Silvestre, una reducción de las precipitaciones en la zona de Cuyo y norte de Patagonia, el aumento del nivel del mar con un impacto directo en la costa bonaerense (particularmente Bahía Samborombón), y eventos climáticos extremos (sequías, inundaciones, etc.) cada vez más frecuentes son tres de los impactos que los más reconocidos científicos argentinos que forman parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) vienen señalando desde hace años.

Sin embargo, pocos son los estudios específicos que se han hecho en estos años para evaluar escenarios de riesgo y planificar medidas que reduzcan los riesgos futuros para diferentes regiones del país, en escenarios de cambio climático.  En este sentido la Fundación Vida Silvestre Argentina llevó adelante el estudio «Aportes para abordar la adaptación al cambio climático en la Bahía Samborombón» desarrollado por un grupo interdisciplinario de científicos Argentinos, liderado por el Dr. Osvaldo Canziani (poner alguna referencia de quién es). En ese trabajo se analizan las condiciones de vulnerabilidad de la zona, ante los efectos del calentamiento terrestre y su incidencia en el cambio ambiental. En dicho estudio se revela que la zona de Bahía Samborombón será uno de los sitios más afectados por el cambio climático en los próximos años, cuyas consecuencias tendrán efecto en la producción, la población local, la biodiversidad y los servicios ambientales del área.

Los pocos intentos de planificación, como la Ley de Bosques y el ordenamiento territorial que ha propuesto, encuentran serias dificultades para lograr un nivel adecuado de implementación. Los bosques proveen una serie de servicios ambientales, siendo  uno de los principales la regulación hídrica, funcionando como reguladores del caudal de ríos, y amortiguando los períodos de sequía e inundaciones. Vale la pena tomarse un minuto y comparar los recursos invertidos en la implementación de la Ley de Bosques (230 millones de pesos para todo el país en 2015) con los daños generados por estos eventos que, al menos parcialmente, podrían haberse mitigado con un mayor presupuesto aplicado. Tengamos presente que el gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota estimo que sólo los daños materiales producidos por el temporal superan los 1.000 millones de pesos «, sostiene Moreno de Vida Silvestre.

Yendo al caso de los incendios en Patagonia, desde Vida Silvestre sostienen que el bosque es el principal sustento de una de las principales actividades económicas de la región: el turismo. Además, se preguntan cómo impactarán los incendios en esta actividad, con la pérdida del valor paisajístico que provee el bosque nativo, y si ese valor sería comparable a con la inversión que hubiera sido necesaria para mejorar los sistemas de prevención, monitoreo y combate de incendios forestales.

El ejemplo de lo ocurrido en Córdoba nos permite llegar a la conclusión de que conservar y manejar responsablemente los recursos naturales (en este caso los bosques) resultaría en el mediano y largo plazo positivo, muy positivo no sólo en términos ambientales sino también en términos económicos. Una vez más, la realidad nos muestra evidencia concreta de que un ambiente sano, no sólo es un derecho de todos nosotros como ciudadanos. También nos conviene», afirma Moreno.