Prevención Seguridad Vial

La mujer y el automóvil

Se aproxima el Día de la Mujer y cuesta en principio vincularla con un símbolo tan machista como es el automóvil.

 ¿Pero eso es tan así? En Argentina casi un 30% de las licencias de conducir pertenecen a mujeres. Veremos que desde el inicio de la era automovilística la mujer tuvo un papel protagónico.

La vinculación entre el género femenino y los autos parece ser una cuestión del siglo XXI ya que recién en estos tiempos la mujer ha empezado tímidamente a tenerse en cuenta en el marketing de las empresas automotrices por lo menos en nuestro país. Esto se basa en que alrededor del 75% de las mujeres participan en la decisión de compra de un vehículo y casi el 30% toma la decisión final.

Sin embargo, la relación entre mujeres y autos se genera en el mismo nacimiento de estos. En 1888 Karl Benz construyó sus primeros automóviles y fue quien obtuvo la primera licencia de conducir del mundo, pero en realidad era su esposa Bertha quien solía manejar aquel vehículo de tres ruedas por las calles de Mannheim (Alemania) y quien hizo el primer viaje uniendo aquella ciudad con la de Pforzheim donde vivía su madre. Una proeza de viaje de más de 80kms. que le demandó casi un día entero. Lo curioso fue que le robó el auto a su marido con la excusa de que el nuevo artefacto necesitaba ser publicitado y conocido. Volvió después de 5 días y las ventas de Karl se convirtieron en un éxito.

En 1895 se patentó el primer automóvil en la Argentina de la mano de Dalmiro Varela Castex, quien también fundó el Automóvil Club Argentino en 1904. La historia cuenta que la primera licencia de conducir para una mujer argentina se emitió en la Ciudad de Buenos Aires en el año 1912 pero se considera que la pionera femenina de la conducción de autos fue nada menos que Carola Lorenzini.

Pero no solo de conducción se trata. También las mujeres estuvieron vinculadas a las cuestiones de seguridad y confort desde los inicios de la industria automotriz. Buena muestra de ello lo da el hecho de que Mary Anderson fue quien en 1905 patentó el limpiaparabrisas. Los especialistas rechazaron el invento alegando que el movimiento del limpiaparabrisas distraería a los conductores aumentando los riesgos de accidentes, pero Henry Ford se interesó por el invento e interpretó su utilidad, la que probó con los Ford T con parabrisas. A partir de 1908 todos los Ford salieron a la calle con este dispositivo y, en 1916, fue un equipamiento estándar para todos los automóviles americanos.

También se han construido automóviles pensados para la mujer. Tal vez el primero de ellos fue el Dodge La Femme 1955. Su éxito no sólo se debió a que estaba pintado en colores llamativos (Blanco Zafiro y Rosa Brezo, donde las letras cursivas de «La Femme» resaltaban en dorado a los costados) y tenía un compartimiento para maquillaje, aquel auto traía algo más importante: la confirmación de la nueva libertad y poder femeninos. Luego vinieron decenas de autos dedicados a la mujer, pero el común denominador de ellos fue en general el color rosa.

Las mujeres automovilistas también tienen una extensa trayectoria en nuestro país. Ellas dejaron su perfume en las huestes del Turismo Carretera, una categoría de hombres por tradición, desde la década de ’50, donde Delia Borges, se convirtió en la primera dama de la categoría; veinte años más tarde, Dora Bavio fue su sucesora. Por su parte, Marisa Panagópulo fue la primera desde que se inició la era moderna del TC. Pero también los memoriosos recordarán la paliza de las suecas en el VI Gran Premio Standard de Automovilismo de 1962. Fueron Ewy Rosqvist y Úrsula Wirth, quienes conducían un Mercedes Benz 220 las que ganaron las seis etapas en que se dividió la carrera.

En el día a día las mujeres han ido equilibrando cada vez más la ocupación de las calles y rutas del país con sus pares masculinos. Ellas demostraron tener “mayor frecuencia siniestral” pero con “menor severidad”. En palabras claras puede traducirse como que chocan más seguido que los hombres pero con consecuencias menores. Esto se debe a que son más respetuosas de las normas de tránsito, de los límites de velocidad, del cuidado de sus hijos en el rol de pasajeros y por sobre todas las cosas menos agresivas en el tránsito. Esto se demuestra con cifras ya que del total de siniestros graves, ponderando previamente la cantidad de conductores de ambos sexos, las mujeres solo participan en un 20% del total en su rol de conductoras de vehículos. Por otra parte el uso obligatorio del cinturón de seguridad es más respetado por la mujer que por el hombre.

También hay que homenajear a las mujeres luchadoras de las organizaciones defensoras de la seguridad vial. Ellas han perdido a seres queridos como padres o hijos en siniestros viales y se han puesto al frente de las acciones para que se legisle, se eduque, se concientice y se sancione en materia de seguridad vial.

A todas las mujeres del mundo, sean conductoras o no, OVILAM les desea un MUY FELIZ DÍA!

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