En un acto que contó con la presencia del presidente y vicepresidente de la Administración de Parques Nacionales, Eugenio Bréard y Emiliano Ezcurra, la presidente de Vida Silvestre, Marina Harteneck, su secretario, Michel Thibaud, su director general Manuel Jaramillo y la Coordinadora del programa Áreas Protegidas Andrea Michelson, se concretó la donación por parte de Vida Silvestre de, una propiedad de 78 hectáreas de selva paranaense en una excelente condición de conservación ubicada en el límite oriental del Parque Nacional Iguazú en el Municipio de Andresito, Misiones.
Esta donación por parte de Vida Silvestre fue realizada gracias al aporte de Martijn Witteveen y de WWF Holanda, en una alianza que hizo posible la compra de las tierras por parte de Vida Silvestre
En el acto se concretó el doble proceso de compra por parte de Vida Silvestre de la propiedad a sus antiguos propietarios Alejandra y Tomás Hans y la donación a la Administración de Parques Nacionales bajo compromiso de la creación de una nueva Reserva Natural en el transcurso de los próximos dos años.
Para Vida Silvestre es una verdadera emoción poder seguir donando tierras para todos los argentinos con el fin de conservar nuestros recursos naturales. A lo largo de nuestros 40 años de historia esta ha sido una constante que hemos intentado seguir. Con la donación de esta propiedad, orgullosamente podemos decir que ya hemos donado más de 65.000 hectáreas para la conservación de los recursos naturales de todos los argentinos y esperemos que puedan ser muchos más en el futuro«, expresó Manuel Jaramillo, director general de Vida Silvestre
En esta área se creará una reserva natural adyacente al Parque, bajo la administración de la Administración de Parques Nacionales, complementará los objetivos actuales del Parque Nacional y brindará una oportunidad para mejorar el compromiso de la comunidad local y las autoridades en nuestro trabajo de conservación. Además, permitirá expandir el trabajo hacia la conservación de áreas críticas en la zona de amortiguamiento del parque.
Se trata de una zona clave para la conservación de la selva paranaense en nuestro país al ser una zona de amortiguación del Parque Nacional Iguazú. Esta propiedad protege un sector del Arroyo Yacuy, un arroyo selvático que corre junto al límite del Parque, y también es vecina de otra área protegida: el Parque Provincial Yacuy.
La Selva Paranaense se extiende entre Argentina, Brasil y Paraguay. Es uno de los bosques más biodiversos del país y el de mayor biodiversidad del continente luego del Amazonas. Es el Refugio natural de grandes predadores como el yaguareté (Panthera onca) o el águila harpía (Harpia harpyja).
Sus selvas albergan casi 300 especies de mamíferos, más de 1000 especies de aves, más de 300 de peces y una gran variedad de animales acuáticos vertebrados e invertebrados. Sólo en el Parque Nacional Iguazú se registran aproximadamente 250 especies de árboles y 85 variedades de fascinantes orquídeas.
Actualmente sólo se conserva el 7,8% de los 47.000.000 ha de selva que había originalmente y en un paisaje muy fragmentado. Esta pérdida y degradación se debe a la expansión sin control de la frontera agropecuaria, a la sobreexplotación del bosque, al desarrollo de infraestructura – represas y rutas- y a la caza ilegal de fauna silvestre.
Misiones, en la Argentina, posee el mayor bloque de selva continua que aún permanece en pie, ocupando cerca del 50% de la superficie de la provincia. Allí 1.128.343 ha de monte nativo conforman lo que se conoce como el Corredor Verde.