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Temporal en Buenos Aires: el seguro, impactado ante daños en casas, comercios, autos y hasta aviones

Foto: Infobae.
El temporal del último fin de semana dejó, tan solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, unos 363 árboles caídos reportados y una gran cantidad de destrozos en vehículos y viviendas particulares. Qué daños cubren las compañías de seguros, qué coberturas conviene contratar y el rol del Productor Asesor de Seguros.

El intenso temporal que afectó al Área Metropolitana de Buenos Aires y a varias regiones de la provincia de Buenos Aires dejó cortes de luz, numerosas caídas de ramas, voladuras de techos, autos aplastados por árboles y hasta aviones de diferente porte dañados. De hecho, hasta el lunes, el Gobierno porteño había recibido más de 5.000 denuncias de cables caídos, cortados o colgando, marquesinas o carteles rotos, y casi 700 reportes de caídas y roturas provocadas por árboles y ramas. De ese número, cerca de un centenar de los reportes fueron sobre vehículos y autos dañados por ramas.

Ante este tipo de desastres naturales, emerge el rol del seguro, que en muchos casos deberá afrontar siniestros por daños cubiertos, y en otros casos estará exento de esa responsabilidad. Eso dependerá de las diferentes tipos de pólizas para cada uno de los riesgos involucrados.

Cada vez que suceden tormentas de las magnitudes del pasado fin de semana, en el caso de automotores, hay que tener en cuenta que los planes más básicos incluyen la responsabilidad civil y suman el robo e incendio total. Ninguno de esos ellos prevé granizo, lluvias o consecuencias por un temporal. Sin embargo, las aseguradoras ofrecen planes más completos, que incluyen daños totales, robos totales y parciales e incendios parciales y totales, siendo la más completa la cobertura contra todo riesgo.

Las aseguradoras deberán hacerse cargo siempre que la persona haya contratado un todo riesgo (con la franquicia a cargo del asegurado) o haya sufrido destrucción total y cuente con una cobertura de terceros completo. Recordemos que para que se considere que se trata de una destrucción total, el daño debe superar el 80% del valor del vehículo, lo cual es determinado por el perito liquidador de la aseguradora tras una inspección. Frente a una situación de destrucción parcial (menor al 80% del valor del rodado, que son la mayor parte de los siniestros observados tras este temporal), solamente se va a contar con cobertura en caso de tener todo riesgo, como se dijo, con la franquicia (ya sea fija o variable) en manos del asegurado.

Foto: La Nación.

Otros siniestros que hoy están peritando las aseguradoras tras este temporal son los daños materiales ocasionados, por ejemplo, ante la caída de un árbol sobre una vivienda particular o un comercio. Ya sea para el combinado familiar o el integral de comercio, las cobertura suelen incluir incendio de edificio y el denominado generalmente HCVT (huracán, ciclón, vendaval y tornado), que cubre este tipo de eventos. En el caso de hogares, ante cortes de luz, puede incluir alimentos en freezer y/o daños en electrodomésticos.

En este sentido, el rol de un Productor Asesor de Seguros profesional es sumamente importante para que el asegurado pueda consultarle acerca de los alcances de cada cobertura en particular, que le aconseje cuál contratar o, si ya cuenta con un seguro y tuvo un siniestro, que el PAS haga la denuncia ante la compañía y sea quien intente agilizar la gestión, teniendo en cuenta que son varios los actores involucrados.

Foto: @Whiscola3

Fuera de los seguros cotidianos, los daños producidos en aviones comerciales en el aeroparque porteño (16 aviones de Aerolíneas Argentinas sufrieron averías de distinta consideración), o bien aviones privados en el aeropuerto de San Fernando (volteó seis aviones pequeños), tiene en vilo a las aseguradoras especializadas en aeronavegación, que suelen transferir parte de esos riesgos al reaseguro.

Un evento catastrófico de gran magnitud no previsto, que no contó con las alarmas meteorológicas que merecía, que tuvo a Bahía Blanca como la principal damnificada en materia de pérdidas humanas, y que terminará afectando los indicadores siniestrales de por sí ya complicados del mercado asegurador en este contexto económico.