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Tarjetas de crédito: alertan sobre el costo que tiene el seguro de vida de saldo deudor

Con las tarjetas de crédito, las compras con cuotas sin interés pueden costar más del 8% anual, como consecuencia del impacto del seguro de vida sobre el saldo deudor (sin considerar los gastos administrativos y de mantenimiento).

Debido a que muchas personas no leen la “letra chica”, en febrero el Banco Central dispuso que en los avisos se debe publicar el costo financiero total (CFT) en una tipografía cinco veces mayor que la tasa de interés.  Asimismo, el BCRA estaba analizando el tema del cargo por seguro de vida desde el año pasado, señala  La Nación

[box type=»note»]El seguro de vida es una cobertura que saldaría las cuotas pendientes con las que se financió el cliente en caso de su fallecimiento. Tal es así que la deuda va decreciendo a medida que se pagan las cuotas y el cargo también debe hacer lo mismo. El banco tiene que brindarle a su cliente la opción de elegir entre tres aseguradoras, pero en la mayoría de los casos los clientes no saben la compañía que tienen asignada, ya que hicieron la elección cuando abrieron la cuenta en el banco.[/box]

En la gestión de Alejandro Vanoli, primero dispuso la norma N°5685 de protección de usuarios de servicios financieros, por la cual los bancos sólo le podían cobrar a sus clientes por un seguro lo mismo que le cobraría la compañía al cliente si fuera a contratar individualmente la cobertura, tal como revela una publicación de La Nación. Aunque, en noviembre pasado amplió el alcance de la medida con la norma N°5828, que prohibió a los bancos que obtuvieran «retribución o utilidad» a través del cobro de seguros de vida por saldo deudor a sus clientes.

En el crédito personal o hipotecario, el CFT incluye también impuestos como el IVA o gastos de adjudicación, pero en las cuotas con tarjetas de crédito el único adicional es el seguro», explica Maximiliano Coll, gerente de Marketing del Banco Ciudad.

El banco hace anualmente una licitación y elige las tres compañías que ofrezcan el valor más bajo; el cliente puede optar entre ésas, pero como el costo es muy bajo, pocas veces piden el cambio de empresa. En la primera etapa de las cuotas sin interés los clientes valoraban tanto el producto que no miraban nada más, pero con el paso del tiempo aumentaron las exigencias y piden explicaciones por cada uno de los cargos», concluye Coll.