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Ser ágil y tecnológico… para sobrevivir

Foto: Getty Images
Por Gastón Ramos, Socio de Kopernicus Tech.-

El cambio es la única constante en el mundo que nos rodea, precisamente ahora estamos siendo atravesados por los avances de la tecnología que van contribuyendo a generar nuevas formas de vivir y relacionarse con los demás. En este contexto más vale te adaptas o te quedas atrás, como es el caso de numerosos negocios y empresas que no han sabido ajustarse a la coyuntura actual y se han visto obligados a cerrar sus puertas.

La adaptación muestra la capacidad de superación personal propia de los seres humanos y por consiguiente la flexibilidad mental para asumir las circunstancias que presenta la vida. En este sentido, adaptarse a condiciones favorables resulta más sencillo que adaptarse a condiciones que no lo son tanto, ya que es necesario tomarse algo más de tiempo para procesar la información y actuar de acuerdo a lo requerido.

Empresas que no lograron adaptarse, ya no están dentro de la órbita que ocupaban en sus tiempos de gloria, en los que creían que no cambiaría el status quo. Los emblemáticos casos de Blockbuster y Kodak son ejemplos bien conocidos de empresas que no fueron ágiles a los cambios, pero que en sus buenos tiempos estuvieron muy presentes en nuestras vidas y ahora sólo lo están en nuestros recuerdos.

Actualmente a muchas empresas les cuesta trabajo cambiar sus modelos de negocios, ya sea por sus recursos humanos, por sus procesos internos o por la brecha tecnológica que poseen. Además, está comprobado que las empresas destinan más recursos a mantener sistemas viejos, que los que invierten en tecnologías más modernas que permitan adaptarse más rápido a los cambios. Es más, esto mismo nos pasa a todos nosotros a diario, cuando hacemos las cosas de una manera que posiblemente no sea la más óptima o no sacamos el máximo provecho de las herramientas que tenemos.

Es una realidad que el contexto en el que estamos inmersos en estos momentos, nos ha puesto a prueba. No solo a quienes son dueños de una empresa, negocio o emprendimiento, sino a la sociedad en general. Nos vimos forzados a trasladarnos a la virtualidad, trabajo remoto, clases online, videollamadas médicas, trámites por internet, entre muchas otras cosas. Si bien estos cambios no surgieron por voluntad propia y fueron un poco impuestos, nos muestran que abrazando nuevas oportunidades y siendo más flexibles podemos llegar a ser los protagonistas de una nueva realidad. Una llamada “nueva normalidad” claramente orientada al aprovechamiento tecnológico, que llegó para quedarse.

¿Cómo sobrevivimos? En el caso de las empresas -y aplica también a las personas-  el primer cambio debe venir de adentro. Se debe tener una estrategia clara de transformación, con visiones cada vez más cortas, porque los ciclos y las revoluciones tecnológicas así lo requieren. De hecho, hasta las amenazas que hoy nos acechan, no son previsibles, y esto nos obliga a ser ágiles con los cambios y ser permeables a los mismos.

El objetivo de las empresas es trazar un destino o una meta, y estar dispuestas a utilizar diferentes herramientas o estrategias para alcanzarlo. No siempre el camino es una línea recta, no siempre los medios para alcanzar esto son los mismos. Por ello, lo más importante es tener la agilidad necesaria para saber cuándo debemos cambiar o adaptarnos a algo y utilizar la tecnología para hacerlo de manera más rápida y con mayor impacto.