El consumo se ve influenciado por factores de diversa índole: político, económico, tecnológico, social, ambiental y cultural. En la Argentina, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el segundo trimestre de 2022, el producto interno bruto (PIB) creció 1 % en términos desestacionalizados respecto al primer trimestre del año. En cuanto a la demanda, todos los componentes mostraron un incremento respecto al primer trimestre en términos desestacionalizados: la formación bruta de capital fijo creció 7,8%; el consumo público aumentó 0,2%; el consumo privado, 1,8%; y las exportaciones, 3,5%. La serie original del PIB, en comparación con igual período del año anterior, mostró un incremento de 6,9% en el segundo trimestre.
En este contexto, Seguros SURA analiza el comportamiento de los compradores, con el fin de brindar un servicio que se adapte a las necesidades de sus clientes. “Desde nuestra compañía, estudiamos las distintas tendencias porque comprendimos que -investigando al consumidor- podemos identificar una oportunidad de negocio o anticiparnos a un riesgo”, asegura Magdalena Urdampilleta, líder del Observatorio de Tendencias de Seguros SURA Argentina.
En este sentido, resulta importante conocer detalles sobre la vida de las personas, sus consumos, gustos, deseos y proyectos, mediante un enfoque multidimensional que trascienda las variables demográficas y conductuales. Esta metodología permite tener una visión integral para identificar elementos transversales que impacten en los diferentes tipos de consumo, explica Urdampilleta.
Una de las tendencias al consumir es la convicción con acción y se da en personas muy sensibles y empáticas, con fuertes ideales y un rol activo en las redes sociales. En este caso, cuando realizan sus compras buscan marcas que los ayuden a visibilizar y resolver los problemas de la sociedad. También están quienes prefieren la virtualidad a la presencialidad y confían plenamente en la tecnología; eligen automatizar la mayor cantidad de actividades diarias posibles para mejorar las capacidades físicas, psicológicas e intelectuales. Esta meta identidad implica que el consumo esté centrado en la búsqueda permanente de la vanguardia.
Otro de los nuevos cambios que se viene imponiendo es la presencia de círculos de culto o comunidades fragmentadas por afinidades. Los integrantes comparten gustos, costumbres y estilos de vida particulares; son permeados por las redes sociales y están constantemente al tanto de lo que ocurre con el otro, siempre con el temor a perderse lo último del mercado. Para ofrecer soluciones concretas, las empresas deben estudiar minuciosamente las cualidades y comportamientos de sus miembros, con el objetivo de desarrollar productos y servicios tan personales como exclusivos. En tanto, la hipervigilancia aparece como otra de las tendencias para tener en cuenta a la hora de generar estrategias de marketing. Estas personas necesitan estar protegidas y cuidadas todo el tiempo, por lo que recurren a servicios, en su mayoría digitales, que contribuya a bajar el grado de ansiedad, evitar riesgos o reaccionar asertivamente ante el peligro.
También el informe del Observatorio de Seguros SURA, explica dos nuevas modalidades relacionadas con la conciencia y la responsabilidad de los consumidores. Por un lado, el consumo reflexivo, propio de las personas que saben y comprenden las consecuencias de sus inversiones y acciones. Incluso sus compras son más racionales, por lo que evitan dañar el medio ambiente y perjudicar a los demás. Por el otro, está la tendencia al equilibrio en el disfrute: los compradores experimentan y valoran el proceso; son positivos, optimistas y flexibles; y están en continua búsqueda del placer y el bienestar.
“Esta investigación es clave para lanzar proyectos innovadores, tal como lo venimos haciendo en nuestra empresa; esto implica escuchar al mercado y prestar atención a los propios consumidores, detectando sus nuevas necesitades para promover una mejor calidad de vida”, concluye Urdampilleta.