En el marco del Seminario de la Asociación de Aseguradores de Vida y Retiro de la República Argentina (AVIRA), 100% SEGURO tuvo un mano a mano (ver programa online) con el invitado internacional del evento. Se trata del Director de Negocios de Seguros de BBVA en América Latina, Jorge Matuk, quien brindó una mirada optimista sobre el mercado asegurador latinoamericano y el posicionamiento de Argentina, en particular, en el segmento de los seguros de personas. Compartimos lo más relevante de esta entrevista, donde no quedó tema por tocar, sobre todo pensando en un cambio de contexto que permite pensar en el largo plazo.
100% SEGURO: ¿Cómo ves a la Argentina en materia de seguros de personas?
Jorge Matuk: Creo que Argentina tiene una magnífica base, a pesar de la distorsión de los últimos años, pero la macroeconomía tiene una penetración del seguro relevante, quizás muy similar a los seguros patrimoniales y de personas. Creo que en estos últimos está el principal déficit. Es una industria que está bien capitalizada con reservas técnicas suficientes, con normativas desde el punto de vista de la solvencia adecuada. Por lo tanto, a pesar de la distorsión mencionada, es una industria que ha seguido creciendo y una prueba concreta es que termina siendo como empezó: la tercera industria de seguros en término de tamaños de Latinoamérica, es decir, no perdió su posición respecto con México y Brasil, que son países con una dimensión distinta. Yo creo que eso configura un escenario donde tenemos una realidad argentina adecuada para desarrollar la industria. También creo que hay una cultura aseguradora distinta con la media de países de Latinoamérica.
Quizás donde encuentro el principal déficit es que los seguros están muy sesgados generalmente a patrimoniales, en particular en Autos. Yo creo que esa base permite ser optimista en que el gran desarrollo pendiente es el seguro de personas.
100% SEGURO: En Argentina el contexto es muy cambiante, con un proceso inflacionario que impacta y recientes cambios en la política nacional, donde prevalece la incertidumbre y cuesta hablar de seguridad jurídica, ¿cuánto impacta este aspecto para el desarrollo de seguros de personas y cuánto cuestiones propias de la industria?
JM: Yo creo que pasa por una visión del país. El desarrollo del seguro de personas tiene que ver, particularmente, con el desarrollo de productos y elementos de ahorro de largo plazo. Si la mirada no es de largo plazo, lo que estaremos es atados a situaciones sujetas al ciclo político o al ciclo económico. Yo creo que esto es una realidad que supera los problemas demográficos que tienen los países de Latinoamérica.
El hecho es que la industria es un actor importante, que está desarrollando productos adecuados, esperando una “experiencia del cliente” que cumpla la promesa con la que entró al mercado. También hacen falta políticas públicas alrededor del mercado de capitales y educación financiera, siendo dos piezas que tienen que combinarse en simultáneo. ¿De qué sirve tener incentivos fiscales, si no tenemos consenso político o nuestra experiencia del cliente” es mala o diseñamos productos equivocados? Es decir, no nos sirve si hacemos todo esto bien, si no tenemos incentivos fiscales. Esto requiere de un consenso entre política, empresarios y sectores gremiales ¡es la única forma que Argentina pueda dar el salto que le falta!
100% SEGURO: ¿Qué significa instrumentos de ahorro a largo plazo y en este contexto, creés que a Argentina todavía le falta trabajar en el desarrollo de productos?
JM: Los instrumentos de ahorro son aquellos productos que un seguro tiene para proteger un daño patrimonial o para asegurar el futuro. Esa parte de asegurar el futuro no está debidamente arraigada en la sociedad. Porque cuando hablas del futuro, estás hablando a largo plazo.
En un contexto inflacionario como le pasó a Argentina, era muy difícil diseñar productos de seguros porque además, hay que reconocer que el mercado argentino en el largo plazo tiene cierta aversión al ahorro en pesos…por ello, lanzar en un contexto inflacionario muy fuerte productos en dólares (con una restricción cambiaria) era imposible.
Hoy, con una inflación que debería converger a la baja, es el momento adecuado para pensar en productos de largo plazo. En el medio tenemos que convencer al mercado de que esa inflación va a ser baja permanentemente y que los tipos de cambio convergerán de manera estable en el largo plazo. ¡Es la forma en que podemos construir un mercado y esto significa generar confianza!
100% SEGURO: ¿Cómo se puede mejorar la imagen del seguro y lograr acercarse a la sociedad con una propuesta de interés y que denota la importancia de estas coberturas?
JM: Nosotros seremos socialmente viables, en tanto paguemos lo que debamos pagar. Bajo un criterio que utilizo en BBVA: ser transparentes, claros y responsables. Nosotros estamos entrando en prácticas de tipo donde a la hora de entregarle al cliente una póliza, le resumimos en una hoja lo que dice la misma. Eso es parte de lo que debe hacer la industria. Creo que hay un déficit a nivel país, se debería poder incluir programas de educación financiera en currículas escolares y universitarias. Debería ser imprescindible que todos los alumnos de las escuelas y las universidades, por lo menos, tengan la formación financiera para ver qué significa la prevención de riesgos.
Un dato para ver la magnitud de esto es, por ejemplo, que en América Latina la tasa de dependencia (de adultos que dependen de sus hijos) ha pasado del 12% al 35% en los últimos 10 años. Entonces, no estamos teniendo capacidad de ahorro para que un adulto mayor pueda autofinanciarse.
100% SEGURO: Hoy se debate una ampliación de los incentivos fiscales en seguros de personas. En ese marco Ud. se refirió al concepto de “neutralidad tributaria”. ¿De qué se trata?
JM: Tiene que haber incentivo fiscal, me parece imprescindible junto con las otras piezas de este esquema que mencione antes, pero creo que no debería ser algo exclusivo de la industria de seguros, sino que debería ser una exclusividad del producto. Es decir, cualquier producto de ahorro de largo plazo debería ser capaz de comercializarse a través de distintos vehículos financieros, cualquiera que venda el producto debería contar con este beneficio fiscal, por lo tanto, no debiera ser un beneficio de un producto de la industria. De esa forma, su alcance y penetración sería potencialmente muy superior, y ello no implicaría un perjuicio para el mercado asegurador.