Hablar de monedas virtuales, bitcoins y tecnología blockchain ya deja de ser un tema sólo para entendidos y de a poco empieza a llamar la atención y ser comprendido por más personas y sectores de la economía, donde el seguro tampoco está ajeno.
Esto se debe no sólo a sus ventajas como plataforma innovadora para los procesos de negocios, sino además como alternativa de inversión dada su escalada ascendente en los últimos tiempos:Su cotización ya se acerca ya a los US$ 11.000, con una cotización que ronda los US$ 10.800, y ya multiplica así casi por once su valor desde principios de año.
La criptomoneda apenas valía unos centavos cuando fue lanzada en febrero de 2009 por uno o varios informáticos bajo el pseudónimo de “Satoshi Nakamoto”. Funciona bajo una tecnología llamada «blockchain» (cadena de bloques) y se encuentra por fuera de los mercados regulados, utiliza un protocolo descentralizado que se apoya en redes «peer-to-peer» y un sistema de firmas digitales codificadas.
A diferencia de las divisas tradicionales, el bitcoin no está controlado por un banco emisor como la Reserva Federal, que puede imprimir cantidades ilimitadas de dinero, sino que se autogestiona y tiene un nivel limitado de monedas en circulación (21 millones).Para poder tener bitcoins, cada usuario debe crearse una billetera virtual, donde se puede guardar el saldo y enviar dinero hacia las “wallets” de otros miembros de la red. La criptomoneda tiene un código fuente abierto y cada transacción tiene que ser validada por todos los nodos de la red, cada uno de los cuales tiene una copia de la base de datos completa de las operaciones hechas.
Según Clarín, la moneda virtual viene teniendo un vertiginoso ascenso desde principios de año, cuando cotizaba alrededor de los US$ 1.000, mientras que desde octubre viene escalando más del 50%. Algunos analistas estiman que el valor de esta criptomoneda puede subir a entre US$ 12.000 y US$ 14.000 durante 2018, aunque otros hablan directamente de una burbuja.