Era el nombre que había picado en punta, entre tantos rumores, apenas se supo que Luis «Toto» Caputo se perfilaba como el ministro de Economía del flamante presidente Javier Milei. El ex Vicesuperintedente de Seguros de la Nación entre enero de 2017 y diciembre de 2019 -con Juan Pazo como Superintendente- vuelve al organismo de control, ahora como número uno.
Hablamos de Guillermo Plate, uno de los hombres de confianza de Caputo, al igual que Pazo, y ambos estarán bajo el paraguas de un «superministro» que ha designado a personas muy cercanas en reparticiones de gobierno clave en materia económica y financiera. El mencionado ex SSN, el abogado Juan Pazo, será el secretario de Coordinación del Ministerio de Economía; el economista y socio de Caputo en la consultora Anker, Santiago Bausili, fue oficializado presidente del Banco Central; mientras que el economista Pablo Quirno irá como Secretario de Finanzas.
Son solo algunos de los nombres que retoman a la función pública, que ya habían pasado por esa experiencia durante la presidencia de Mauricio Macri, bajo el ala de «Toto» Caputo, en ese entonces, primero a cargo de Finanzas y luego como presidente del BCRA, hasta septiembre del 2018.
Justamente, su salida del Banco Central coincidió con la fecha en que se estaba llevando a cabo en el Llao-Llao de la ciudad de Bariloche, el recordado Insurance Forum, el primer evento dedicado exclusivamente al sector asegurador en el marco del G20, cuya presidencia estaba en cabeza de Argentina (ver nota sobre el evento).
Dado que el «uno-dos» de la SSN, Pazo y Plate, eran alfiles de Caputo, se especulaba en los pasillos del pintorezco hotel sobre un posible paso al costado. Pero eso finalmente no ocurrió, y permanecieron en sus cargos hasta el final del mandato de Macri, en diciembre de 2019, con un balance más que positivo, cambios estructurales en el organismo, y un permanente diálogo con cámaras, aseguradoras e intermediarios, entre otros (ver última entrevista realizada).
Fueron sucedidos por Adriana Guida, la Superintendente que estuvo en el ente de control durante los cuatro años de mandato de Alberto Fernández, hasta la semana pasada (ver su informe de gestión 2019-2023).
Y esta semana, tras la asunción del nuevo gobierno el domingo 10 de diciembre, los nuevos funcionarios ya han tomado las riendas de las reparticiones a su cargo. En el caso de Guillermo Plate, quien ya había tenido reuniones informales de transición junto a Guida cuando su designación era un hecho, el mismo lunes 11 estuvo en el edificio de Av. Julio A. Roca 721 para comenzar su gestión.
A la espera de las formalidades del caso, la ahora ex Gerente de Coordinación General de la SSN, Ana Durañona y Vedia, mantiene la firma del organismo ante cualquier trámite de orden legal. Se les solicitó a los funcionarios que arribaron de su mano a la SSN, poner las renuncias a disposición de Guillermo Plate, que entre otras cuestiones, deberá reorganizar el organigrama funcional de la entidad, tal como viene sucediendo en el resto de los organismos del Estado.
Las primeras caras nuevas, aunque no tanto porque ya habían sido parte de la gestión Pazo-Plate, son las de la actuaria Valeria Hirschhorn (quien se había desempeñado como Gerente Técnico Normativo), y en ese caso desembarcaría en reemplazo de Durañona y Vedia como Gerente de Coordinación General y mano derecha del Superintendente; y Bianca Orlandini, Licenciada en Comunicación Social y master en Marketing Político. Fue quien tuvo a cargo la coordinación general del mencionado Insurance Forum, y retoma al área en que se había desempeñado previamente en la SSN, en este caso en el cargo de Gerente de Asuntos Institucionales y Relaciones Internacionales.
La llegada de Plate, abogado de la UCA con posgrados en la Universidad Austral y en Duke University, con pasos previos por el BAPRO y Provincia ART, fue muy bien recibida por el mercado, en particular, por su perfil ideológico libertario, su apertura, su experiencia en seguros, su conocimiento de la SSN y el buen diálogo que siempre ha tenido con todos los actores del sector.
Le espera una ardua gestión, con una industria que viene sufriendo los avatares propios de la crisis económica general, fuertemente impactada por la inflación, resultados técnicos erosionados, inversiones con rendimientos reales negativos, siniestralidad en valores prepandemia, fallos judiciales exorbitantes, ciertos operadores con indicadores en «rojo», fuerte exposición a títulos públicos sobrevaluados contablemente, pagos al exterior por reaseguro trabados -con el fuerte impacto adicional que implica la devaluación del tipo de cambio oficial- y un primaje que viene perdiendo mes a mes la batalla contra la suba generalizada de precios.