La incursión de Google en el mercado norteamericano de los seguros probablemente será una nueva vía de ingresos para la compañía de Mountain View. Pero lo más valioso de este negocio está, una vez más, en la cantidad de datos que se va a recoger no en la agregación o en el servicio. Así lo cuenta un reportaje publicado en The Wall Street Journal, que analiza el impacto que el coche autónomo de Google puede tener en el sector asegurador, en una nota publicada en el portal web PeriodistaDigital.
Hace unos meses en Estados Unidos, Google lanzó un servicio online para comparar cuotas entre la gran mayoría de aseguradoras americanas. El piloto de este servicio comenzó en California, pero está previsto que en breve se extienda a otros estados.
[box type=»note»]El servicio Google Compare muestra cuotas de más aseguradoras que ningún otro servicio. Desde ahí, Google recibe una comisión cada vez que un usuario hace clic y suscribe una póliza. Los consumidores que lo utilizan facilitan sus datos demográficos y la información sobre sus vehículos, al igual que harían en la página de cualquier. Google puede ver y analizar así las cuotas que todas las aseguradoras facilitan a cada cliente concreto. Toda la inteligencia de mercado que implica el conocimiento de cómo se imputan los riesgos relacionados con los coches está al alcance del gigante tecnológico.[/box]Este servicio podría lanzarse originalmente en Gran Bretaña, donde hoy cubre las cotizaciones de la friolera de 124 compañías, ya que los británicos aprobaron las pruebas de vehículos autónomos en carreteras públicas mucho antes que los americanos.
[box type=»note»]Google ya ha invertido casi 260 millones de dólares en Uber, que recientemente anunció su intención de investigar soluciones tecnológicas para vehículos autónomos.[/box]El ciclo se cierra en el mercado asegurador, que sólo en Estados Unidos genera beneficios anuales por encima de los 150.000 millones de dólares. Por un lado, las empresas que proporcionen coches para el transporte puntual serán las encargadas de asegurarlos. Por otro lado, la tasa de accidentes de vehículos autónomos será una fracción de la que es hoy, ya que se podrá eliminar el factor humano de la ecuación. Esto hará que las aseguradoras paguen mucho menos en concepto de indemnizaciones. Tras cada accidente, los sensores y la telemetría de cada vehículo determinarán si la causa fue un algoritmo mal diseñado o un fallo material.
A corto plazo, las compañías pequeñas y baratas que están en Google Compare podrían estar quitándoles clientes a las grandes. A la larga, grandes y pequeñas corren el riesgo de ser barridas por Google –futuro fabricante de coches–, si decide meterse en el negocio de gestionar lo que pasa cuando chocan dos vehículos y estás relativamente seguro de que el tuyo no tiene la culpa.