A casi un mes de que la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) lanzara una encuesta sobre microseguros para que respondan los integrantes del mercado asegurador en el marco del proyecto de elaborar y desarrollar un programa de implementación de este tipo de productos y servicios, la Federación de Asociaciones de Productores de Seguros de Argentina (FAPASA) publicó una carta en la que fija su posición respecto del tema.
Señalan que «alentar este tipo de operaciones particulares de seguros no parece compatible con una política de inclusión social y de apoyo genuino a la promoción humana de los grupos menos favorecidos».
La entidad sostiene que, si bien están de acuerdo con la puesta en marcha de políticas inclusivas, consideran que «tanto las llamadas microfinanzas como los microseguros son operaciones promovidas en determinados países con el supuesto propósito de otorgar préstamos de montos mínimos o coberturas simples de seguros con sumas aseguradas de escasa significación destinadas a los sectores de la población de menores recursos económicos y que buena parte de las mismas son otorgadas a personas que se desempeñan en sectores informales de la economía».
En esta línea, señalan que consideran que tales coberturas más que una operación de seguros deberían formar parte de una prestación de carácter solidario a asumir por la sociedad en su conjunto a través de la intervención del Estado, o de mutuales, cooperativas y organizaciones basadas en la comunidad.
FAPASA cita en la carta al especialista en el tema Craig Churchill, quien aseguró que el microseguro «cumple una función de protección social de los pobres debido a la ausencia de esquemas gubernamentales apropiados para la gestión de riesgos». A propósito de esta opinión, los productores sostienen que nuestro país posee una gestión intensa y extendida sobre el universo de personas potencialmente requirientes de cobertura.
Agregan que «en las gestiones de microseguros a través de grupos aseguradores (de los más grandes del mundo) se advierte una tensión persistente entre la provisión de un producto adecuado y conveniente para los asegurados y la natural vocación por ganancias y economías de costos de las entidades que, hasta el momento, parece definirse a favor de quienes operan de forma más concentrada y no de los millones de aportantes del sistema».