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¿Están preparadas las empresas españolas e italianas para hacer frente al shock del COVID-19?

Si bien el segundo trimestre debería ser el más difícil de 2020, existen razones de peso para creer que el camino hacia la recuperación será largo y arduo. A pesar de los aplazamientos del pago de impuestos o las garantías de liquidez, es probable que muchas empresas se encuentren en dificultades.

Según las previsiones de Coface, España e Italia están entre las economías más afectadas por el COVID-19, contrayéndose un 12,8% y un 13,6% respectivamente en 2020. Se estima que en 2021 las insolvencias corporativas aumenten un 22% en España y un 37% en Italia frente a los niveles de 2019. Coface prevé que el PIB español e italiano debería recuperarse en 2021 un 10,2% y 8,9%, dejando a las economías un 3,9% y un 5,9% respectivamente por debajo de los niveles de 2019.

Italia cuenta con una mayor cantidad de empresas vulnerables, ante el número de empresas zombies

Para evaluar el potencial impacto de esta contracción del PIB en los balances de las empresas, Coface ha llevado a cabo simulaciones sobre la evolución de su solvencia, basándose en datos de los bancos centrales de España e Italia, que tienen en cuenta las diferencias entre los sectores y tamaños de las empresas.

Aunque las tasas de interés son extremadamente bajas, el sobreendeudamiento corporativo está asociado a la disminución de la inversión privada. Por lo tanto, la crisis de COVID-19 podría ejercer una presión negativa perdurable sobre el potencial de crecimiento de un país, acelerando la «japonización» de la zona euro.

Desde este punto de vista, debería examinarse más detenidamente la salud de los balances de las empresas españolas e italianas. El análisis de la distribución de la deuda y la liquidez en el sector empresarial del sur de Europa debería ayudar a identificar los focos de vulnerabilidad.

En la actualidad, la situación financiera de las empresas en España e Italia es más sólida que antes de la crisis de 2009. Desde entonces, las empresas españolas han logrado reducir considerablemente su deuda en 20 puntos porcentuales, alcanzando el 37% de sus activos en el tercer trimestre de 2019. Las empresas italianas también han mejorado su situación financiera desde el pico del 59% registrado en el cuarto trimestre de 2011, aunque en menor medida. Con un índice de endeudamiento de 50%, las empresas italianas son las más endeudadas de entre las grandes economías europeas.

El desajuste entre la financiación y la inversión puede ser indicativo de una alta prevalencia de empresas zombis en Italia (empresas altamente endeudadas que no serán capaces de generar el crecimiento que necesitan para sostenerse).

Sectores en riesgo: automotriz, construcción y venta minorista

Coface prevé que la vulnerabilidad de las empresas difiera según su sector y tamaño, no solo en términos de la intensidad de los shocks, sino también por la fragilidad de sus balances previa a la crisis de COVID-19.

Los principales fabricantes de automóviles podrían estar en dificultades debido a su tradicional tendencia a mantener bajos niveles de liquidez: a finales de 2018, las reservas de efectivo como porcentaje de la facturación eran de sólo un 2,7% en Italia y un 0,5 % en España.

En cuanto a los sectores de venta minorista y construcción, parecen ser particularmente vulnerables debido a su alto endeudamiento y a las bajas tasas de cobertura de intereses proyectadas, al igual que les sucede a los pequeños fabricantes de textiles italianos.

En general, Coface observa una mayor prevalencia de empresas potencialmente vulnerables en Italia. En la mayoría de los casos, esto se debe a un menor flujo de caja inicial, menor rentabilidad y a unos ajustes de costos ligeramente más lentos. En este contexto, muchas empresas solo conseguirán sobrevivir a costa de un nivel de endeudamiento significativamente más elevado.