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El futuro con autos autónomos: menos accidentes y nuevas reglas para evitar problemas

En menos de cinco años los autos autónomos serán una realidad y circularán por las calles y avenidas de nuestra ciudad. Tal es así que las automotrices están diseñando estas predicciones de la movilidad futura.  En el caso de Ford, por ejemplo, detalló en una patente un sistema de pantallas que se despliegan en el interior de los coches autónomos para proyectar películas mientras la tecnología se encarga de conducir. La británica Bentley ideó un vehículo autónomo, también conceptual, que dispondrá de un mayordomo holográfico capaz de responder los pedidos de los ocupantes al mejor estilo Siri o Cortana, tal como revela una nota de La Nación.

Bajo este contexto donde el tiempo no se desperdicia, los especialistas en el área coinciden en que la movilidad del mañana afectará a las personas y también al diseño urbano.  Estos vehículos estarán en constante movimiento y que así los lotes que hoy se emplean para estacionamiento podrán ser reutilizados por para agregar espacios verdes en las ciudades, y que los nuevos modos de transporte provocarán que la cercanía entre casa y el trabajo ya no sea un valor cardinal en el mercado inmobiliario.

[box type=»note»]Cada vez son más las compañías que trabajan en el área de la movilidad del futuro: Apple, Ford, Google, Nissan, Volvo, Volkswagen, Tesla y General Motors, entre otras. También Uber testea su propio coche autónomo en Pittsburgh, la segunda mayor ciudad del Estado de Pensilvania.[/box]

Sin embargo, Marcela Ricillo, investigadora en Inteligencia Artificial en Cognitiva IBM, advierte que «cuando los autos robots empiecen a venderse, hay decisiones que deberán tomarse», con esto se refiere a nuevas reglas que la sociedad deberá cumplir.

Los coches autónomos «tienen que conocer el ambiente, reconocer semáforos, peatones, señales de tránsito», y nota que «hace un par de años en algunos Estados de Estados Unidos existen leyes que permiten autos robots en las calles, pero en general aún piden que haya un conductor humano que pueda tomar el volante en caso de ser necesario», señala la investigadora de IBM.

Sabemos cómo movernos en ciudades y tenemos respuestas técnicas adecuadas. El problema de la movilidad urbana es un problema de gobernanza. Como no podemos imponer un marco normativo que privilegie los intereses mayoritarios, debemos tolerar un caos de tránsito. Las nuevas respuestas técnicas pueden contribuir a la solución o al problema dependiendo no tanto de ellas, sino de cómo son introducidas. Toda introducción de elementos técnicos relevantes en la ciudad produce impacto, pensemos por ejemplo en los ascensores o en la iluminación artificial. Lo que no es tan fácil es predecir el alcance de esas transformaciones, porque generalmente pensamos de un modo lineal o desde nuestro contexto, y la disrupción tecnológica produce efectos ingobernables desde hoy hacia el futuro. Un ejemplo claro es que desde la década del 20 hasta al menos los 60 se pensó que la introducción del auto resolvería la movilidad pública, luego vimos que resolvió problemas, pero trajo otros nuevos que no imaginados originalmente.», explica Fabio Quetglas, máster en Gestión de Ciudades en diálogo con La Nación.

Por último, el especialista en Gestión de Ciudades subraya que la evolución de la movilidad afectará indefectiblemente a las ciudades, aunque no es el único factor de cambio. «Los incentivos se alinearán hacia una ciudad más extendida, pero ese modelo urbano es insostenible ambientalmente. Allí hay una tensión. Por lo demás, las distancias no sólo inciden respecto de tiempo de traslado y modo, sino también en costo. En la medida que el costo energético no decrezca vivir lejos puede ser crecientemente costoso», finaliza.

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