Un informe de la Fundación MAPFRE señala que existen hábitos de conducción peligrosos y que son muy comunes. En esta nota revela siete hábitos de conducción, por qué son peligrosos y lo que podemos hacer para no repetirlos.
[box type=»note»]La Organización Mundial de la Salud (la OMS) estima que 1,24 millones de personas al año mueren en las carreteras del mundo.[/box]- Distracción
Con la importancia que tiene el teléfono móvil en nuestras vidas y el auge de las mensajerías instantáneas, así como del entretenimiento y las redes sociales en nuestros móviles, el automovilista está cada vez más sujeto a posibles distracciones.
Para todo el tema de comunicaciones, los fabricantes de automóviles proponen soluciones de conectividad y en caso de que no dispongan de ello, existen sistemas de manos libres disponibles en todas las grandes tiendas de electrónica de consumo. Aún así, no deberíamos atender a los mensajes de texto, actualizaciones de Facebook y demás redes sociales mientras conducimos.
- No usar los intermitentes
Puedes pensar que no es necesario indicar todos los giros en los cruces o los cambios de carril, pero en realidad basta con no hacerlo una vez para que haya un riesgo de accidente. Es importante en la ruta, pero también en las ciudades, donde abundan las motos. De hecho, el intermitente es la única forma de comunicación que tenemos con los otros usuarios de la vía. Si lo usamos siempre, pronto se convertirá en un hábito natural.
- No respetar las prioridades
Desde no pasar con el semáforo en amarillo hasta respetar las señales de stop o los ceda el paso en las incorporaciones en autovías y autopistas, respetar esas normas es crucial para circular con seguridad.
- No respetar las distancias de seguridad
El automovilista que se pega a otro auto que lleva delante lo suele hacer por dos razones. Una de ellas, es su falta de percepción del peligro, es decir, no se da cuenta que en caso de frenada de emergencia no tendrá tiempo de reaccionar o cree -de forma equivocada- que sí tendrá tiempo cuando no es así. La otra razón es una conducción muy agresiva, es una forma de intimidación.
- Conducción temeraria
Dejar de cambiar de carril constantemente porque crees que en el otro se circula más rápido y de forma general, dejar de conducir como si fuese una competición requiere. Si estás apurado, ¡salí antes!
- Conducir cansado o bajo la influencia de alguna sustancia
Los peligros de conducir ebrio o bajo la influencia de alguna droga están documentados, así como sus consecuencias en caso de accidente o si das positivo en un control de la policía.
Sin embargo, pocos saben que conducir cansados tiene las mismas consecuencias y es tan peligroso como conducir ebrio. Los reflejos son más lentos, la visión empeora. Si estás cansado, para y descansa.
- No tener en cuenta las condiciones climatológicas
Los límites de velocidad genéricos son válidos cuando hay tiempo seco. Un clima adverso puede alterar notablemente el comportamiento de nuestro auto y la visibilidad. Si llueve y llegas a una curva cerrada, con el firme visiblemente inundado, aunque el límite sea de 50 km/h, es probable que te salgas de la carretera a 40 km/h. Del mismo modo, si cae granizo, aunque respetes el límite de 120 km/h en autopista tendrás un accidente a esa velocidad.
En los casos extremos, granizada o fuerte tormenta, es mejor reducir la velocidad y parar en un área de descanso a esperar a que pase.