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Cómo puede el ciberterrorismo atentar contra el desarrollo de la industria automotriz

Por Maximiliano Galante, Gerente de Operaciones de Neo Secure.- 

La industria automotriz viene avanzando a gran velocidad, mientras los vehículos autónomos, sin un conductor al volante, dejan de ser ciencia ficción para convertirse en objeto de deseo de gran cantidad de personas, la ciberseguridad se pone en la mira de automotrices que buscan un respaldo ante la posibilidad de hackeos. Esto lleva a interrogarse sobre la necesidad de respaldo que demanda el sector por parte de las empresas especializadas en ciberseguridad.

El diseño, la potencia y la seguridad de han sido los pilares fundamentales a la hora de desarrollar un nuevo prototipo. Hoy, «empresas como TESLA o Google arrancan pensando nuevos vehículos a partir del concepto de seguridad», asegura el gerente de operaciones de Neo Secure, Maximiliano Galante; y afirma que «se trata de una tecnología muy reciente, de menos de 10 años, que implica un cambio de paradigma, una nueva manera de pensar las cosas».

En el caso de las plataformas comerciales «si el aplicativo falla, a lo sumo se perderán ventas o plata, pero nadie va a morir por una falla en la web o del carrito de compras». Sin embargo, «si el software de inteligencia artificial con el cual un vehículo autónomo toma las decisiones sobre cómo moverse en el tránsito es hackeado, pone en riesgo no solamente la vida de la persona que está transportando sino la de todos los que están en el tránsito alrededor de él». Esta gran diferencia pone en jaque la liviandad con la que se aborda el uso de la tecnología, es por esto que «nos tenemos que sentar cada vez más fuertemente a pensar en la tecnología que va a venir, en cómo mitigar los principales riesgos ya conocidos y cómo nos podemos adelantar a todo lo que puede pasar en el futuro participando activamente en el momento del desarrollo del prototipo, porque después ya no sirve», asegura el experto en ciberseguridad, concientizando sobre la importancia de la intervención temprana a la hora del diseño de un nuevo modelo.

Asimismo, los autos que no son autónomos, pero ofrecen conectividad para acceder a mapas o brindan asistencia, también pueden ser vulnerados. La mayoría de los dispositivos IOT fueron pensados desde un concepto de funcionalidad y no de seguridad. Entonces, son susceptibles y vulnerables de ser atacados. A pesar del gran avance en detección pronta y eficaz de usuarios malintencionados, «todavía los sistemas siguen siendo vulnerables, y los oponentes son muy inteligentes al hacer uso de cosas muy básicas para hacer un gran daño». Por esto, es necesaria la cooperación e intervención de los «hacker de sombrero blanco», capaces de alertar sobre las debilidades en un software y/o dispositivo, «las empresas de seguridad tenemos que formar parte de los comités de revisión de las nuevas tecnologías, porque nosotros también pensamos como los malos, pero somos los hackers buenos, capacitados con una perspectiva que no tienen los que están desarrollando los nuevos productos», explica el referente de Neo Secure.

El ciberterrorismo es una amenaza que se encuentra latente a través de cada dispositivo, si bien el objetivo principal es el acceso a diversas fuentes de financiación, también hay muchos estados preparados para una guerra, según Galante, «hay países enteros que tienen ejércitos preparados para cyberwars, pendientes de qué forma pueden accionar o generar un conflicto en alguna región para tomar el control o ampliar sus fronteras». Se cree que la próxima guerra mundial es cibernética, y sobran muestras del posible daño que puede generar alguien con malas intenciones, incluso utilizando métodos poco sofisticados.

Si bien «no hay una única protección que sirva para todo, en el fondo todo termina siendo una cuestión de mantener los sistemas al día para que las vulnerabilidades conocidas estén mitigadas, y de tomar precauciones básicas como ciudadanos digitales, para no exponernos innecesariamente», concluye el especialista.