El alto número de señales de riesgo en el segundo trimestre de 2018 nos recuerda a la situación vivida en los años 2012-2013: el aumento de la deuda pública en la zona euro, el incremento del proteccionismo, los altos precios del petróleo, la salida de capitales en los principales países emergentes, desaceleración del comercio mundial. Si bien la magnitud del impacto no es la misma, teniendo en cuenta que el precio del petróleo es más bajo (75 USD al comienzo de junio de 2018 comparado con cerca de los 110 USD en 2012), y el rendimiento de los bonos gubernamentales italianos a 10 años que es dos veces menor, son señales que confirman que el punto máximo de crecimiento ha pasado.
El riesgo crediticio de las empresas está aumentando en las economías avanzadas donde, después de un comienzo de año marcado por una pérdida de confianza ligada al creciente proteccionismo, se observa una desaceleración en el crecimiento (previsiones de 2,2% en 2018 y 2% en 2019 para las economías avanzadas, previsión de 2,1% para 2018 y 1,8% en 2019 para la zona euro). Por lo tanto, Coface ha degradado la evaluación de riesgo país de Italia a A4, donde las empresas que están particularmente endeudadas serán vulnerables a un potencial endurecimiento de las condiciones de financiamiento bancario. Estados Unidos se destaca como una excepción, quedándose exento de esta desaceleración (previsión de crecimiento de 2,7% en 2018, después del 2,3% en 2017).
Aunque el reciente aumento de los precios del petróleo está beneficiando a los exportadores emergentes, como Omán, que ve mejorada su evaluación a B, y Malasia (A3); las naciones importadoras están enfrentando el deterioro de su balanza comercial y han reducido el atractivo de sus activos financieros ante los inversionistas internacionales, similar a la situación observada en 2013. Estos países incluyen a Argentina (ahora C), Turquía (C), Sri Lanka (C) e India (B), que Coface está degradando observando una demanda interna dinámica que favorece las importaciones y las tensiones políticas internas. En otras economías emergentes, el riesgo cambiario está socavando los sectores en los que el proceso de producción requiere la importación de insumos, mientras que los puntos de venta se encuentran esencialmente en el mercado interno. Los sectores que ya se encuentran afectados son el de la construcción en Argentina (degradado a “alto riesgo”) y de las ventas al por menor en Argentina y en Turquía (muy alto riesgo).
La situación del petróleo, que favorece para el desarrollo del sector energético (cuya producción se reactiva con fuerza), ha llevado a Coface a revisar su pronóstico del precio del petróleo a 70-75 USD para 2018, correspondiendo a un incremento del 30% comparado con el precio promedio de 2017. Se ha mejorado la evaluación de este sector, en cinco países: Estados Unidos (bajo riesgo), Canadá (riesgo medio), Emiratos Árabes Unidos (riesgo medio), Arabia Saudita (riesgo medio) y Francia (riesgo medio).
La Guerra comercial ya está afectando al sector de tecnologías de la información y comunicación en China y la industria metalúrgica en Canadá
El preludio de la guerra comercial fue anunciado a principios de año y ha sido confirmado. La política de proteccionismo de Estados Unidos se ha intensificado, focalizado en las exportaciones chinas, incluyendo muchos productos del sector de tecnologías de la información y comunicación “Hecho en China 2025”, lo que explica la degradación del sector TIC chino a la categoría “riesgo alto”.
Canadá será probablemente el más afectado, entre los países perjudicados recientemente por la entrada en vigor de las medidas proteccionistas de Estados Unidos sobre el acero y aluminio, por lo tanto se ha degradado el sector metalúrgico de Canadá a “riesgo muy alto” (87% de sus exportaciones de acero son hacia Estados Unidos). El sector metalúrgico se ha desenvuelto favorablemente en Estados Unidos, permitiendo a Coface realizar una mejora en su evaluación a «riesgo medio”.