Un informe de Coface afirma que la reforma energética arropada por las autoridades mexicanas fue un gran éxito. Aunque su aplicación es compleja debido a la tendencia de bajos precios del petróleo. El objetivo de la reforma consiste en revertir el declive de 10 años de la producción petrolera de México, pero la desregulación del mercado energético puede comprometerse si persiste la caída de los precios del petróleo. Actualmente, el impacto de los bajos precios petroleros en la economía parece ser manejable, en la medida en que la economía mexicana está relativamente bien diversificada y que se beneficia de factores de apoyo. Así, el desempeño del sector manufacturero y la reciente depreciación de la moneda local han hecho más fáciles los ajustes presupuestales.
Con respecto al sector automotriz, México se perfila como un gran polo automotriz ya que es el cuarto exportador de automóviles másimportante del mundo después de Alemania, Japón y Corea del Sur y el séptimo productor global. El sector es dinámico y se encuentra en continuo crecimiento. La industria emplea a cerca de 700,000 trabajadores locales. Ocho de cada 10 vehículos son destinados a la exportación, pero contrario a otros países, México no cuenta con fabricantes nacionales de autos, tal como da cuenta el Informe de Coface.
El sector ha crecido sólidamente, impulsado además en años recientes por una serie de nuevas plantas ensambladoras. Tales fabricantes (sobre todo de Asia y Europa) se ven atraídos por las limitadas barreras comerciales en Norteamérica y por alrededor de 40 diferentes acuerdos comerciales. Otras compañías, tales como Nissan, General Motors, Ford, Fiat y Chrysler, han optado por financiar la ampliación de sus plantas.
Además, el informe asegura que el barómetro sectorial muestra el comportamiento financiero de las empresas de diferentes industrias, articulado con la experiencia de Coface en materia de pagos. El panorama promedio de México es de riesgo medio. Los sectores agroalimentario y textil-vestido se ubican en el más alto riesgo, mientras que los de automotriz y farmacéutico se encuentran en riesgo moderado. Más adelante abordaremos la situación de cada segmento.
Por otra parte, el panorama de la economía mexicana para 2015 apunta a una mejora en la actividad, principalmente gracias al comportamiento del sector manufacturero el cual se beneficia de la creciente demanda de Estados Unidos. Coface espera que el PIB crezca 3.1% en 2015. También se anticipa una ligera recuperación del consumo, dada la mejoría del mercado laboral y el incremento de las remesas familiares. La inflación debe bajar, pero la debilidad del peso podría presionar a la alza el nivel general de precios, a consecuencia del impacto en los costos de importación.
Por el lado de la oferta, los sectores agroalimentario y textil vestido permanecen en riesgo. El primero enfrenta el desafío de los bajos precios de las materias primas y su dependencia de los fertilizantes importados, mientras que la depreciación de la moneda local eleva los costos de producción. El ramo de la confección pierde competitividad en relación con los productos asiáticos. Por el contrario, los segmentos automotriz y farmacéutico parecen estar en mejor forma. Ciertamente, el robusto crecimiento esperado en Estados Unidos en 2015 beneficiará a la industria automotriz. Hoy día México se convierte en una plataforma para la venta mundial y se estima que su producción crezca más de 50% para 2018.