El nuevo informe “Impacto del Cambio Climático en las especies” del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y difundido en nuestro país por la Fundación Vida Silvestre Argentina advierte que la tierra experimenta un descenso significativo y muy rápido de su biodiversidad. Solo en 40 años (1970- 2010) se detectó que más de 10 000 poblaciones de vertebrados entre mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios sufrieron una disminución de 52% (más de la mitad) en sus poblaciones.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN ) estima que el 35% de las especies de aves , el 52% de los anfibios y el 71% de los corales serán particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático. Lo reafirma, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en su Quinto Informe de Evaluación: el cambio climático resultante de las actividades humanas agrava la presión sobre los ecosistemas y la vida silvestre , lo que pareciera conducir a una sexta extinción de las especies.
En términos concretos, debido a que esta catástrofe está ganando terreno rápidamente, muchas plantas y animales no tienen el tiempo para adaptarse. Dicho panorama está agravando la situación tanto de las especies que están en peligro de extinción (muchas de ellas habitan en regiones impactadas en gran medida por perturbaciones climáticas) como de aquellas que son más sensibles debido a su biología, es decir, sus características ecológicas, fisiológicas, genéticas, y de comportamiento.
El cambio climático es el problema ambiental más importante al que se enfrenta la humanidad y es la principal amenaza para las sociedades, sus economías y el mundo natural del que dependen. De cara a la COP21, es fundamental que los países aúnen esfuerzos para reducir sus emisiones. Desde Vida Silvestre trabajamos para conservar la naturaleza y mejorar la relación del ser humano con su entorno a través de iniciativas concretas como ser la promoción de la eficiencia energética, el cumplimiento efectivo de la Ley de Bosques, la ganadería sustentable, la restauración de bosques y la educación ambiental” destaca Manuel Jaramillo, Director de Conservación y Desarrollo Sustentable, de Fundación Vida Silvestre Argentina.
¿Cómo afecta el cambio climático a las especies?
El cambio climático altera las condiciones climáticas y de esta forma genera modificaciones como la acidificación de los océanos, incremento en el nivel del mar, retroceso de los glaciares e intensifica eventos climáticos extremos (como inundaciones, sequías, tormentas, etc.), entre otras. De esta forma altera las condiciones ambientales necesarias para la vida y el desarrollo de las especies. Frente a estas alteraciones las especies tienen dos caminos: extinguirse o adaptarse.
Algunas especies damnificadas por el cambio climático en la Argentina
Venado de las pampas: una de las especies más amenazadas de nuestro país, y emblema de las pampas. Habita en la Bahía Samborombón, una de las zonas argentina más vulnerables al cambio climático, donde subió el nivel del mar, hay erosión en los campos y se registran vientos más intensos e inundaciones y sequías abruptas.
Ballena Azul: Entre 10000 a 24000 ballenas azules se calculan que están en riesgo. El calentamiento global y la acidificación de los océanos afectan al kril en su tasa de reproducción y aceleran su ciclo de vida. Esto redunda en su abundancia y distribución e involucra un mayor traslado de las ballenas para conseguir el alimento.
Tortuga verde: una población de 100000 tortugas verdes también se verán afectadas. Habitante poco conocido de las zonas más calidas del mar argentino, el cambio climático modifica las zonas donde nidifica y las temperaturas cálidas impactan en el sexo de los ejemplares promoviendo el desarrollo de tortugas hembra y el consecuente impacto en la composición de su población.
Algunas especies damnificadas por el cambio climático en el mundo
Oso Polar: Se estima que una población entre 20000 y 25000 osos polares está en riesgo por el cambio climático. La principal causa es la reducción del hielo marino del Ártico. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos si la reducción del hielo marino continúa a su ritmo actual, la superficie del hábitat de verano óptima para el oso polar se contraerá en un 42% a mediados del siglo 21.
Panda gigante: En su caso, el cambio climático amenaza al bambú, una planta muy vulnerable y elemento esencial de su dieta.
Elefante africano: A la amenaza de la caza furtiva y el comercio ilegal de marfil, se suma la pérdida de vegetación en el continente africano a causa de la desertificación (se calcula que la misma crecerá entre un 5% y un 8% al 2080) y el aumento en la intensidad y frecuencia de las sequías. Estos factores inciden en el mayor desarrollo de árboles de hoja caduca y hierbas resistentes al calor, perdiéndose los árboles de hoja perenne y alterándose el equilibrio de los ecosistemas por la desaparición de los acuíferos.