ENTREVISTA 100% SEGURO.- Un video de una mujer que camina de frente a un colectivo para acostarse frente a él bajo sus ruedas y simular que ha tenido un accidente de tránsito se hizo viral a través de las redes y los medios, y trajo a colación recientemente la problemática del fraude de seguros en Argentina (VER VIDEO).
En ese material, un chofer registró la situación porque ya conocía a la mujer, sabía de sus intenciones y, para cubrirse ante la posibilidad de que realice una denuncia falsa, la filmó. Eso hizo que la persona no pudiera avanzar en su objetivo, y la compañía de transportes y su aseguradora no tuvieran que hacer frente a un intento de fraude.
Se trataba de una mujer indigente, que pareciera padecer alguna alteración mental y no tuvo ninguna lesión porque actuó con el vehículo parado. Sin embargo, no siempre las cosas salen tan bien. Hay casos de personas que se arrojan sobre un auto para cobrar un dinero, otros simulan robos y también accidentes laborales, entre otras situaciones.
“Hay distintos modelos de fraude que hemos identificado y se aplican cada vez sistemas más eficientes para identificar a los actores intervinientes en los diferentes tipos que adopta este flagelo”, dice a 100% SEGURO Carlos Mau, Director de Compliance de Orbis Seguros.
Según el experto, el gran problema detrás de este flagelo es que “el individuo ve en el seguro un medio para cubrir sus necesidades a través del fraude”. Y, en algunos casos, simplemente responde a un modus operandis ya desarrollado.
Y es que existen casos de individuos que se dedican a cometer este tipo de delitos y también hay organizaciones que actúan en este sentido. Los ramos más afectados son Automotores, ART, Vida y Robo.
Mau cuenta que una modalidad muy practicada es el robo de ruedas. “Muchos denuncian el robo en una compañía y luego lo hacen también en otra. Otra modalidad muy frecuente es la denuncia de robo de autos de gama media o baja y hay muchos choques con magnificación del daño o denuncias de casos que no han existido, simulación de robos de motos, que también es una práctica habitual”, describe.
También menciona que hay abogados que captan gente de bajos recursos y les gestionan ante la Justicia los casos a fin de lograr la mayor indemnización posible a sabiendas de que los casos tienen distintos niveles de resarcimiento en las distintas instancias (administrativa, en mediación y judicial). Y todo este esquema produce situaciones de crisis.
Durante 2020, a raíz de la pandemia, la menor presencialidad ha bajado la incidencia del fraude, aunque mantuvo niveles elevados en el mercado, pero, a medida que se fue retomando la presencialidad se notó un incremento de los mismos.
“Recientemente, se hizo muy conocido el caso de un abogado que tenía su accionar definido y el mercado asegurador reaccionó en forma conjunta haciendo la querella y logró salir airoso”, comenta.
En este sentido, destaca que el sector asegurador argentino, en general, ha avanzado mucho en materia de combate del fraude y uno de los rasgos de este mercado que celebra es que “se trabaja mancomunadamente entre todos los actores”.
“Cada vez, las compañías trabajamos mejor en el combate del fraude y un elemento interesante es que se están aplicando herramientas de Inteligencia Artificial, que permiten que los sistemas empiecen a aprender cuáles son las necesidades existentes en materia de fraude. Van creando sus propios parámetros y, así, mejora la eficiencia”, apunta Mau.
Sucede que el fraude se combate con información y cruce de datos. Por eso es muy importante la puesta en común entre las compañías para trabajar con eficiencia. En ese sentido, el mercado viene bien encaminado en Argentina, pero resta un largo camino por recorrer. “Es una materia pendiente avanzar en las denuncias penales en conjunto, con acciones colectivas”, cierra el especialista.