La muerte de la actriz Carrie Fisher, quien interpretaba el papel de la legendaria Princesa Leia de Star Wars, podría suponer para Disney un beneficio de 50 millones de dólares (47 millones de euros). Este hecho sería el mayor pago por un accidente de este tipo, según informa una nota del portal El Mundo.
Al parecer, la compañía propietaria de la Saga Star Wars tenía contratada una póliza de seguros con Lloyd’s por la que recibiría esa cantidad de dinero en el caso de que la actriz no cumpliera el contrato pautado, en el cual se comprometía a rodar tres películas, los episodios VII, VIII y IX.
El pasado 27 de diciembre de 2016, con 60 años de edad falleció de un infarto la actriz Fisher, quien había aparecido en el Episodio VII, Star Wars: el despertar de la fuerza, estrenada en 2015 y dejó rodadas todas sus escenas de la próxima entrega, el Episodio VIII cuyo estreno está previsto el próximo diciembre 2017. Al morir la actriz se imposibilitó su aparición en el Episodio IX, la tercera película que se había comprometido a rodar.
