«Mientras en varias ciudades y provincias de nuestro país los legisladores confundieron los títulos de “Tolerancia Cero” de algunas leyes internacionales sobre alcoholemia y conducción con establecer un sistema sin límites de tolerancia, en Chile se legisla de esta manera», explica OVILAM en su más reciente estudio.
El Observatorio Vial Latinoamericano, conducido por Fabián Pons, comenta que en enero del 2013, la niña Emilia Silva, viajaba en un vehículo junto a sus padres cuando fue embestido por otro auto que era conducido por Nelson Fariña, provocándole la muerte a la pequeña Emilia y lesiones graves a la madre. El control de alcoholemia de Fariña arrojó 2.05 gr de alcohol/litro de sangre, por lo cual fue condenado a dos años de prisión. Tras este siniestro, los padres de Emilia hicieron un llamado a la sociedad y a los legisladores chilenos para modificar las leyes y penas para aquellos que conduzcan en estado de ebriedad Este pedido finalmente se concretó, convirtiéndose en la que es conocida como Ley Emilia, la cual fue presentada por la mismísima presidente, Michelle Bachelet, durante su promulgación el 16 de septiembre de 2014.
Antes de la entrada en vigencia de la Ley Emilia ya existía en Chile la denominada Ley de Tolerancia Cero al alcohol. Esta ley se hizo para reducir los gramos de alcohol por litro de sangre que se necesitaban para estar considerado bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad. De esta forma se bajó de 0,5 gr/lt de alcohol por litro de sangre a 0,3 gr el estar bajo la influencia del alcohol (antes era considerado “estado deficiente”) y de 1 gr a 0,8 el estado de ebriedad. También la ley Tolerancia Cero aumentaba los tiempos de suspensión de la licencia de conducir. Por otro lado, la Ley Emilia se encargó de aumentar las penas y sanciones en ciertos casos.
De este modo queda claro que en Chile la Ley se llama de Tolerancia Cero, pero la tolerancia real es de 0,3 grs/lt de sangre.
Las penas por incumplir la ley varían según los excesos y circunstancias tal como se detalla a continuación:
Manejo bajo la influencia del alcohol (0,3 a 0,8 gr/lt de sangre):
- Si se es sorprendido con este nivel de alcohol en la sangre, y en caso de que no existan daños o lesionados y sea la primera vez, la licencia se suspende durante tres meses, sumado a una multa que va de 1 a 5 UTM (el valor de una UTM es de alrededor 46 mil pesos chilenos, equivalentes a $1.030 en Argentina, por lo que la multa puede costar hasta $5.150) y no hay pena de cárcel.
- En el caso de daños materiales o lesiones leves hay una multa de entre 1 a 5 UTM y la suspensión de la licencia por seis meses.
- Si se han causado lesiones menos graves hay multa de entre 4 a 10 UTM ($4120 a $10.300), suspensión de licencia por nueve meses y una pena que puede ir desde 1 a 20 días de prisión.
- Si se han provocado lesiones graves la pena es de 61 a 541 días de prisión, una multa de 11 a 20 UTM ($11.330 a $20.600) y suspensión de la licencia por un tiempo desde 18 a 36 meses.
- Si se generan lesiones gravísimas o muerte, y esto ocurre por primera vez, se suspende la licencia por un periodo que puede ser entre tres meses a cinco años, además de una multa que va desde 21 a 30 UTM ($21.630 a $30.900) y se deberá cumplir además una pena de entre 3 años y un día a 5 años de prisión
Manejo en estado de ebriedad (sobre 0,8 gr/lt de sangre):
- Si no existen lesiones ni daños o se causan lesiones leves o daños y se trata de la primera vez, la licencia se suspende por dos años, hay una multa de 2 a 10 UTM ($2060 a $10.300) y se debe cumplir una pena que va desde los 61 a los 541 días de prisión. En el caso que sea la segunda vez que se lo sorprenda manejando en estado de ebriedad y sin lesiones o daños, la licencia se suspende por cinco años, hay una multa de 2 a 10 UTM y una pena de 541 días a 3 años. A la tercera vez que lo sorprendan en estado de ebriedad, se cancela la licencia de por vida, hay una multa de 2 a 10 UTM y una pena de 541 días a 3 años.
- En el caso de provocar lesiones graves o menos graves se establece una pena de 541 días a tres años de prisión, una multa entre 4 y 12 UTM ($4.120 a $12.360) y suspensión de la licencia por 36 meses en el caso de producirse lesiones menos graves, y de cinco años en el caso de lesiones graves.
- En caso de provocar lesiones gravísimas o muerte y desde la primera vez, se inhabilita la licencia de por vida, hay una multa de entre 8 a 20 UTM ($8.240 a $20.600) y una pena de 3 años y 1 día a 10 años.
Fuga y negativa al alcohotest o alcoholemia
La ley Emilia establece además, penas para quienes se escapan del lugar del accidente y no presten ayuda, no se detengan en los controles policiales o se nieguen al test de alcoholemia. Además es considerado un agravante en los casos de siniestros ocasionados tanto en manejo en estado de ebriedad como bajo la influencia del alcohol.
- Cuando el conductor ocasiona daños materiales y no da cuenta a las autoridades, independiente si haya tomado alcohol o no, puede recibir una multa de 3 a 7 UTM ($3.090 a $ 7.210)y la suspensión de la licencia por un mes.
- Si se provoca una lesión leve y el conductor se da la fuga, independiente si ha bebido o no hay una multa de 7 a 10 UTM ($3090 a $10.300) además de una pena de 541 días a 3 años y un día de prisión.
- Si el conductor provoca lesiones graves o la muerte y se da a la fuga, sin estar con alcohol, tiene una pena desde 3 años y un día hasta 5 años de prisión.
- En caso de fuga o negativa al test de alcoholemia y en donde el conductor está bajo la influencia del alcohol, las penas son de 541 días a 3 años de prisión.
- Cuando el conductor está en estado de ebriedad, en caso de fuga o negativa al alcohotest y no hay daños ni lesiones, la pena es de 541 días a 3 años de prisión.
- Para los casos en que se provocan lesiones gravísimas o muerte y el conductor se encuentra en estado de ebriedad, la pena es de 541 días a 5 años, por fuga o negarse al test de alcoholemia.
Cárcel efectiva
Una de las mayores novedades de la Ley Emilia fue que estableció prisión efectiva de un año mínimo para quienes provoquen lesiones gravísimas o la muerte. Es decir que no existe la posibilidad de cumplir la pena de formas alternativas y quienes sean responsables deberán pasar por lo menos un año en la cárcel. Esto se aplica tanto para conductores bajo la influencia del alcohol como en estado de ebriedad.
La situación Argentina
«Mientras tanto en Argentina seguimos pensando en el valor cero en la tolerancia, lo cual es una aberración técnica y práctica en lugar de legislar, como lo hizo Chile, para condenar a aquellos que manejan realmente borrachos y que son los causantes de verdaderas tragedias. Para ello se necesitan dos cosas fundamentales: asesores técnicos que conozcan del tema en lugar de declamantes y decisión política para atacar el problema en todos sus frentes con el máximo rigor posible», concluyen.