Pasado el primer trimestre del año, muchas son las perspectivas y desafíos que aún surgen dentro de las organizaciones, en particular en materia tecnológica donde los cambios se suceden con extrema rapidez y la planificación debe ser constante.
Bajo este contexto de permanente cambio y adecuación a nuevas reglas, roles y players, son los conceptos que tendrán una muy alta presencia durante 2018, en su mayoría por estar ligados a esta conexión permanente de experiencias de usuarios y consumidores, sobre muchos de los cuales las compañías deberán trabajar:
Bancarización: Se espera que se produzcan más lanzamientos de aplicaciones bancarias y financieras de manera electrónica, que posibiliten la extensión e interacción de funcionalidades on-line, mediante la aparición de nuevas plataformas transaccionales, tanto de consumo, pago, inversión o crédito. En línea con ello, se prevé una profundización de ciertos aspectos de fondo, que empiezan a repercutir en la expansión de su uso, como ser la facilidad y rapidez en la operación de que se trate, implicando aquí cuestiones de diseño y arquitectura tanto de aplicaciones como de su integración con los propios sistemas internos de cada entidad.
Salud: Un sector que en estos años se ha nutrido de diferentes servicios, desde informatización de turnos y recepción de estudios hasta los recientes médicos “virtuales”, pasando por las intervenciones “a distancia”, robótica aplicada o la aparición de aplicaciones que permiten determinar con cierta exactitud valores clínicos (ej: tensión arterial, pulsaciones, entre otras, y conforme a las prestaciones de cada dispositivo), vemos que hacia futuro hay un camino más de backend que redundará en obvias mejoras a percibir por los usuarios, iniciando en la mejora de los procesos internos y con horizonte en la portabilidad de la historias clínicas electrónicas, entre otros beneficios.
Construcción: La domótica y todo tipo de sistemas inteligentes está comenzando a popularizarse, integrándose además en las nuevas construcciones desde su concepción, sumándose al concepto de sustentabilidad y cuidado del medio ambiente mediante la optimización de los consumos de los servicios de electricidad – en primer lugar -, agua y gas.
Smart Cities: El uso de nuevas tecnologías en la materia, difícilmente predecibles años atrás, será parte de los grandes cambios urbanos, teniendo ya incidencia en nuestra vida cotidiana. Señales de tránsito orientadas por el flujo vehicular y peatonal en tiempo real, iluminación optimizada conforme a la claridad natural, autogeneración y abastecimiento vía luz solar de equipamiento urbano, sistemas de información on-line de medios de transporte son solamente algunas de las acciones que – en algún caso a modo de piloto – ya están presentes en nuestro medio.
Consumo y marketing predictivo: Existe en el mundo comercial, cierta clase de sensores – vía el uso de nuestro propio smartphone – que registran la afluencia del público a un determinado local o el tiempo de permanencia en cada zona del mismo, entre otros datos. Ello, interactuado con otra información disponible y trabajado con técnicas de Big Data posibilita acercar ofertas, promociones u otro tipo de información en tiempo real a cualquiera de dichos potenciales consumidores. Adicionalmente, muchas organizaciones han comenzado a considerar seriamente el volumen de datos que administran, su calidad y gobierno, de forma tal de poder darle internamente utilidad práctica que se traduzca en mejores experiencias de sus propios usuarios consumidores. Ello implica revisar sus actuales políticas y herramientas de CRM, los componentes claves del BI (Business Intelligence), la interacción e integración de ambos con sus restantes aplicativos core y no core, entre otras múltiples actividades, marcando siempre como horizonte los objetivos de negocio de la propia organización.
Agro: Al igual que en el punto precedente, estamos siendo partícipes de la gran revolución de los datos. En particular sobre este sector, actualmente existen herramientas y aplicaciones tecnológicas que permiten efectuar mediciones de alto y bajo nivel y procesarlas en tiempo real para una mejorar la toma de decisiones. Uno de los horizontes de avance que perseguirá el sector está vinculado al riesgo climatológico y su dificultosa predictibilidad en el mediano y largo plazo.