Por iniciativa de la EAPM (European Association of Personnel Management), el 20 de mayo se celebra el Día Internacional de los Recursos Humanos para celebrar esta profesión reconociendo cómo los RR.HH. consiguen esa conexión única y especial entre las personas y las organizaciones.
La pandemia abrió las puertas a nuevas oportunidades para las empresas: trabajo flexible, protagonismo de nuevas habilidades y la aceleración de la transformación digital, son algunos de los cambios más notorios. ¿Qué de todo lo vivido perdurará?
“Soy una convencida que la pandemia ha puesto a las personas en el centro, dado que cuando abunda la tecnología, la relación humana se vuelve más importante. Y así las personas que trabajan en las áreas de recursos humanos han tenido un rol clave de cuidar a las personas durante el aislamiento y distanciamiento y también esto les ha permitido reposicionarse y sentarse en la mesa del CEO de otra manera”, afirma Cecilia Giordano, CEO de Mercer.
Y agregó: “Hoy ya no podemos decir que necesitamos individuos que logren auto administrarse, gestionar, regularse, que sean empáticos porque estas competencias se requieren a todo nivel. Hoy necesitamos poder priorizar, para lograr estar en bienestar y así bien lograr. Hoy el mundo nos enfrenta a sentir con nuestro cuerpo, cabeza y corazón, dolor por lo desconocido, lo incierto, lo ambiguo, lo complejo, lo volátil. Hay más preguntas que respuestas, y sobre todo la dificultad de vivir en un mismo lugar donde comemos, trabajamos, hacemos la tarea con nuestros hijos”.
Cuatro grandes tendencias marcaban la agenda en el Estudio sobre Tendencias Globales de Talento 2020 de Mercer. Desde la aparición del COVID-19, es evidente que algunas de ellas se han acelerado, mientras que otras se estancaron.
- Enfocarse en el futuro incluyó en la agenda un modelo de múltiples partes interesadas. El COVID-19 impulsó la empatía hacia las partes interesadas, sobre todo a nivel global. La reputación se vio perjudicada en el caso de las compañías que no han avanzado en el cuidado de la salud de sus colaboradores ni en la comunicación transparente. Los empleadores responsables que ampliaron las prestaciones de bienestar fueron elogiados públicamente. ¿El resultado? Ahora son imanes de talento.
- Formar en nuevas habilidades suponía que el desarrollo de habilidades sería la mayor oportunidad y, al mismo tiempo, el mayor reto de esta década. Las compañías que aprovecharon la repentina desaparición del principal obstáculo que encontraban los empleados a la hora de desarrollar nuevas habilidades («no tener suficiente tiempo») durante la pandemia, ofrecieron a sus colaboradores una propuesta de valor más amplia. Ante la enorme preocupación por la estabilidad en el trabajo, la era de la apatía en torno al desarrollo de nuevas habilidades ha llegado a su fin. Aquellos que puedan ofrecer habilidades en la medida adecuada superarán a sus competidores, y comenzarán a construir la organización de aprendizaje esencial para mantenerse a la vanguardia.
- Percibir a través de la ciencia puso de manifiesto el creciente debate sobre cómo aprovechar el poder de los datos y a la vez mantener las prácticas éticas en materia de inteligencia artificial y análisis de datos. Sin embargo, la privacidad y la seguridad de los datos quedaron en un segundo plano frente al desarrollo de iniciativas urgentes, como el rastreo de contactos y Recursos Humanos digital. Dado que el aumento de la vigilancia de la salud y del lugar de trabajo es una realidad para muchos, en 2021 habrá que prestar mucha más atención a las cuestiones relativas a la recopilación, el uso y la seguridad de los datos de los empleados.
- Potenciar la experiencia expuso la necesidad de inspirar a las personas con una experiencia del empleado motivadora y empática. En la actualidad, el trabajo flexible a gran escala domina las conversaciones sobre la experiencia del empleado. Sin embargo, para mantenerse a la vanguardia será necesario tener una visión a largo plazo: será preciso redefinir la propuesta de valor al talento en función de las necesidades actuales y las generaciones futuras, y revertir lo que significa «estar en el trabajo», a pesar de que el propio trabajo y las modalidades laborales sigan cambiando.
“El foco que tenemos en las organizaciones es ayudar a que nuestros colaboradores estén en bienestar para bien lograr. El bienestar significa bienestar emocional, psicológico, físico, mental, financiero, espiritual, con lo cual el desafío de ayudar a los colaboradores y sus familias se presenta de manera titánica, más teniendo en cuenta que tenemos que generar cultura y pertenencia de manera virtual. En este contexto, Recursos Humanos tiene que poder ayudar a moldear la fuerza del trabajo del futuro, generando una fuerza de trabajo diversa, equitativa e inclusiva y que esté en bienestar”, señaló Giordano.
Frente a lo dicho, hay que destacar aquellas empresas que encontraron una salida en medio de la disrupción. Son ellas, las que se animan a dar pasos firmes en la nueva normalidad.