
Por Mariano Nimo, Gerente General de Afianzadora.-
Se confirma lo anticipado hace meses sobre el “frenazo” del nicho de seguros de caución en este recesivo inicio del ejercicio 2024-2025, en el que el imprescindible ajuste fiscal practicado por la administración libertaria impactó de lleno en los números del mercado afianzador argentino. El evidente contractivo avance nominal de primas del 78% versus una inflación del 118% en el mismo periodo, marcan el impacto de la recesión económica en el negocio de las fianzas, y ponen a nuestro negocio en la fila de los que menos avanzaron (o más perdieron contra la inflación) en el semestre julio-diciembre 2024.
Con respecto a la industria aseguradora en general, los que siempre se llevan la atención tuvieron comportamientos dispares, con la judicializada ART (+137%) ganando holgadamente el partido contra la inflación de la mano de la recuperación de los salarios, mas el ajuste de tarifas. En la otra vereda, aparece “autos” (+110%) solo apenas 8 puntos por debajo de la inflación, mejorando su horizonte teniendo en cuenta la previsibilidad de los costos de reposición. Los resultados generales siguen “comiéndose” el capital del mercado asegurador, reflejando un 4.5% negativo sobre primas de las aseguradoras Patrimoniales y Mixtas.
En contraposición, los balances de las aseguradoras de caución arrojan, en general, rentabilidad con márgenes cada vez más modestos. Con 80 compañías operativas, los casi 170 millones de dólares de prima anual parecen ser insuficientes para tanto operador, con las primeras 10 aseguradoras concentrando algo más del 50% de las primas del negocio. La continua alza en los gastos de comercialización y un encaje de primas desmejorado (tasa), erosionan los históricos resultados técnicos superavitarios del negocio. Entre julio-diciembre de 2024, el mercado pagó 8.600 millones de pesos argentinos en siniestros brutos, reflejando una siniestralidad devengada de algo menos del 10%, valor histórico promedio del mercado afianzador argentino que está muy por debajo de la realidad regional.
A pesar de una mejora en la ratio de cobranza en la actualidad, las 80 compañías ostentamos más de 65.000 millones de pesos en la calle (deuda de los clientes). Esto marca la necesidad de trabajar en conjunto con el PAS y el cliente para cobrar lo que corresponde y sincerar esos abultados montos (refacturaciones) reflejados en el sobredimensionado Deudores por Premio, el cual, en una parte representativa, no terminará en las arcas de las compañías.
Yendo al porqué de este comienzo, la primera explicación que naturalmente surge es la virtual paralización de la Obra Pública, ítem que, luego de las jubilaciones, fue el mayor aportante al colosal ajuste realizado que posibilitó el superávit fiscal festejado por el ejecutivo en 2024. Esta repentina y anunciada desaparición de demanda de nuestro sector por excelencia golpeó fuerte. “Construcción” arrojó en todo 2024 un preocupante -19% que, acompañado de una industria al -9%, generó un estado de parálisis en los primeros meses de ese año. Cuando vamos al otro bastión grande del negocio, los seguros de caución aduaneros, el comercio exterior se comportó con balanza comercial superavitaria, producto de una recuperación en las exportaciones (+19%) que tiene como base de comparación la gran sequía de 2023. Por su parte, la importación, principal insumo de demanda para los seguros de caución aduaneros, tuvo un duro retroceso del -17%, perjudicado por la fuerte devaluación del peso argentino que voló de $365 a $800 (54%) allá por diciembre de 2023. Se trata de un sector más que, a pesar de que corrigió por precio, quitó mucha demanda, agravado por una industria local en claro retroceso que redujo sus compras de insumos importados.
Las populares garantías de alquiler sí han avanzado mucho desde el regreso de la oferta a partir de la derogación de la ley de alquileres. El propietario comienza a diferenciar la calidad de producto de una compañía de seguros regulada versus sociedades de garantías sin regulación y control alguno, que aún cuentan con un fuerte apoyo del mercado inmobiliario general. Otro producto boutique que avanza lento pero de manera constante son las Garantías Judiciales. La incorporación de un deudor de calidad (las aseguradoras) en los procesos judiciales parece tener buena acogida entre los principales magistrados del país y resulta ser una solución efectiva y accesible para la PYME argentina.
Empieza la segunda parte del balance 2024-2025 con perspectivas completamente distintas a las que repetimos en los últimos 25 años, cuando el “Estado presente” llenaba nuestras canastas con daños colaterales sociales y económicos por todos conocidos. El comercio exterior ayudará, principalmente, frente a una industria en plena recuperación que ya comienza a demandar insumo importado barato como resultado de un sobre empoderamiento del peso argentino. La obra pública parece seguir en la misma sintonía de 2024, prácticamente delegando en la iniciativa privada los pendientes en infraestructura que van desde nodos de interconexión para poder trasladar la energía generada, hasta cárceles privadas para contener el déficit habitacional actual. La inversión privada jugará su partido, siendo la generadora de negocios en el área de seguros de caución contractual, motivada por incentivos (RIGI) que buscan cambiar la ciclotímica postura argentina hacia el capital privado. El mercado seguirá extrañando a “papá Estado” y deberá reposar sus esfuerzos en la satisfacción de los nuevos dueños de la pelota: minería, energía, petróleo y gas.
Nos encontramos en un año electoral y el “beneficio estadístico” debido a las bases bajas de 2024 será utilizado por el actual gobierno para mostrar “crecimiento”, el cual será heterogéneo según actividad. La retardada pero real recuperación del asalariado no se trasladará de manera inmediata al esperado repunte del consumo. Arrancó el año de la «recuperación», donde la base de rebote asegurada está en un +2.8% anual del PBI y la incógnita del peso fuerte parece ser innegociable para los amigos de la libertad.
Se espera un 2025 con primas que crecerán, en el mejor de los escenarios, al calor de la ralentizada inflación, con un perfil de cartera netamente con beneficiario privado y moneda mixta 50%/50% ($/USD), con una siniestralidad que en el mediano plazo se parecerá más a la realidad promedio regional que al milagro argentino, y que achicará en el corto plazo (5-10 años) su oferta de compañías. Una nueva argentina está asomando y, sin dudas, el negocio del seguro de caución será de los ramos más revolucionados por la nueva manera de hacer negocios en un país que cambió 360 grados en tan solo 12 meses. Ver para creer.