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Según Aon, un mix de optimismo y cautela reina en el negocio asegurador de Latam

Créditos foto: AON

El broker internacional Aon dio a conocer su amplio informe «Aon’s Global Insurance Market Insights», en el cual adelantaron las que ellos consideran son las cinco tendencias más importantes del mundo asegurador de cara a este 2024, teniendo en cuenta las falencias y avances de 2023 (ver nota con todo el detalle).

En ese mismo reporte, también se analiza cómo se comportó el mercado específicamente en Latinoamérica, y cuales son las expectativas para los próximos meses, que es sobre lo cual ahondaremos en esta nota.

«El mercado se mostró cauteloso y el entorno de suscripción fue disciplinado, mientras las aseguradoras buscaban compensar los efectos adversos de la inflación y las elevadas pérdidas históricas», resume Andrea Aguilar, Head of Strategy and Broking, Commercial Risk Solutions, Latin America, de Aon.

Para el broker, hay una perspectiva económica positiva y el crecimiento esperado, especialmente en el sector de Construcción e Infraestructura, impulsaron el optimismo del mercado de seguros. Sin embargo, las aseguradoras se mantuvieron cautelosas en relación con los riesgos políticos y económicos y la inestabilidad en algunos países.

Las condiciones del mercado fueron moderadas en general, caracterizadas por reducciones de precios específicas y capacidad suficiente para la mayoría de los riesgos. El coseguro fue una palanca importante para los riesgos que experimentaban un apetito y una capacidad limitados. En este contexto, las aseguradoras están monitoreando de cerca las pérdidas de propiedad luego de eventos catastróficos en la región, como el huracán Otis en México y las tormentas de granizo en Argentina.

Dinámica de los mercados en la región

Según Aon, en la mayoría de los países y productos, se mantuvo un entorno de precios «moderado», con excepciones en riesgos grandes y complejos, aquellos con experiencia de pérdidas adversas y productos vulnerables a impactos inflacionarios. En México, por ejemplo, las aseguradoras respondieron al huracán Otis con aumentos de precios, mayores retenciones y coseguros, y limitaciones en riesgos hidrometeorológicos y frente a la playa, creando condiciones más desafiantes en términos de precios.

Las aseguradoras fueron precavidas con los riesgos de bajo rendimiento y revisaron los valores asegurados. Aunque mostraron cierta flexibilidad en los precios, fueron más cautelosos al considerar mejoras en la cobertura, incluso restaurando coberturas restringidas en momentos de un mercado difícil.

A pesar de lograr coberturas renovadas en la mayoría de los casos, la demanda de soluciones cibernéticas continuó en aumento con más opciones disponibles. También se observó un crecimiento en la demanda de coberturas adicionales relacionadas con catástrofes naturales. Sin embargo, las aseguradoras, especialmente las impactadas por catástrofes naturales, fueron conservadoras al ofrecer coberturas ampliadas. Se mantuvieron exclusiones relacionadas con Enfermedades Transmisibles y eventos en Rusia y Ucrania, mientras las aseguradoras se enfocaron en coberturas como Cláusulas Horarias relacionadas con Huelgas, Motines y Conmoción Civil, Terrorismo y Riesgo Político.

Tendencias de coberturas

En el caso de los automóviles, las aseguradoras han estado adaptándose a los efectos de la inflación en los costos de los siniestros, especialmente en casos de daños parciales. A pesar de un aumento en la frecuencia de accidentes que ha llevado a un enfoque más conservador en ciertos segmentos, la disminución en la frecuencia de robos en algunas áreas ha ayudado a mitigar estos impactos en el mercado de seguros.

Con respecto a accidente/responsabilidad, las condiciones fueron moderadas para toda la región, donde el uso del coseguro fue fundamental para abordar los riesgos que enfrentaban con un apetito y capacidad limitadas.
Los ciberataques siguieron siendo un foco importante a tratar, pero la moderación del mercado latinoamericano, que inició a principios de año, persistió para los riesgos que evidenciaron madurez y una sólida gobernanza en la gestión de riesgos.
En Property, hubo aumentos significativos en las tasas para riesgos grandes y complejos, como en el sector de petróleo y gas, así como para riesgos con historial de pérdidas adversas. Las suscripciones se mantuvieron altas, especialmente en las valoraciones de propiedades, considerando el impacto de la inflación en los valores asegurados. En México, como ya se ha nombrado, las aseguradoras respondieron al huracán Otis con aumentos de precios, mayores retenciones y coseguros, y aplicando restricciones relacionadas con los riesgos meteorológicos.