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Riesgos Globales 2025: Conflictos, Medio Ambiente y Desinformación a la cabeza

Los conflictos bélicos son el principal riesgo inmediato para 2025, según una cuarta parte de los encuestados, reflejo de las crecientes tensiones geopolíticas y de una mayor fragmentación global. La manipulación informativa y las noticias falsas son el primer riesgo en el corto plazo, con capacidad para incrementar aún más la inestabilidad actual y la desconfianza en las instituciones, complicando la necesidad urgente de cooperación para abordar crisis globales. En tanto que los riesgos ambientales dominan el mediano y largo plazo (10 años), encabezados por eventos climáticos extremos, pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas.

La 20ª edición del Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, publicado este 15 de enero, revela un panorama global cada vez más fracturado, donde los desafíos geopolíticos, ambientales, sociales y tecnológicos en aumento amenazan la estabilidad y el progreso. Si bien los riesgos económicos tienen menos prominencia inmediata en los resultados de la encuesta de este año, siguen siendo una preocupación, interconectados con las tensiones sociales y geopolíticas.

Los conflictos armados entre Estados son el riesgo global inmediato más crítico para 2025, y la mayor preocupación para una cuarta parte de los expertos consultados en el informe.

La desinformación, las noticias falsas y deliberadamente erróneas siguen representando los principales riesgos a corto plazo por segundo año consecutivo, lo que subraya su amenaza persistente para la cohesión social y la gobernanza, al erosionar la confianza y agravar las divisiones dentro y entre naciones. Otros riesgos a corto plazo incluyen eventos climáticos extremos, polarización social, ciber espionaje y guerra cibernética.

Los riesgos ambientales dominan el largo plazo, con eventos climáticos extremos, pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas, cambios críticos en los sistemas del planeta y escasez de recursos naturales, liderando el rankings de riesgos a 10 años. El quinto riesgo ambiental en el top 10 es la contaminación, que también se percibe como un riesgo principal a corto plazo (sexto lugar). Es significativo el reconocimiento de la contaminación (aire, agua y tierra) como riesgo urgente por su grave impacto en salud y los ecosistemas. Además, los eventos climáticos extremos fueron identificados como riesgos críticos, tanto inmediatos, como a corto y largo plazo.

El panorama a largo plazo también se ve empañado por los riesgos tecnológicos relacionados con la desinformación, la información errónea y los resultados adversos de las tecnologías de IA.

“Las crecientes tensiones geopolíticas, la fractura de la confianza global y la crisis climática están poniendo a prueba el sistema global como nunca antes”, dijo Mirek Dušek, Director Ejecutivo del Foro Económico Mundial. “En un mundo marcado por divisiones cada vez más profundas y riesgos en cascada, los líderes globales tienen una elección: fomentar la colaboración y la resiliencia, o enfrentar una inestabilidad creciente. Las apuestas nunca han sido tan altas”.

Sistemas fracturados, futuros frágiles

El informe, que se basa en las opiniones de más de 900 expertos en riesgos globales, responsables políticos y líderes de la industria encuestados en septiembre y octubre de 2024, pinta un panorama sombrío de la próxima década. Los encuestados son mucho menos optimistas sobre las perspectivas a largo plazo que a corto plazo. Casi dos tercios de los encuestados anticipan un panorama global turbulento o tormentoso para 2035, impulsado en particular por desafíos ambientales, tecnológicos y sociales cada vez más intensos.

Más de la mitad de los encuestados esperan cierta inestabilidad en los próximos dos años, reflejando la fractura generalizada de la cooperación internacional. Las proyecciones a largo plazo señalan desafíos aún mayores, ya que se espera que los mecanismos de colaboración enfrenten una presión creciente. Los riesgos sociales como la desigualdad y la polarización de la sociedad ocupan un lugar destacado tanto en las clasificaciones de riesgo a corto como a largo plazo. Las crecientes preocupaciones sobre la actividad económica ilícita, las crecientes cargas de deuda y la concentración de recursos estratégicos resaltan las vulnerabilidades que podrían desestabilizar la economía global en los próximos años. Todos estos problemas corren el riesgo de exacerbar la inestabilidad interna y erosionar la confianza en la gobernanza, complicando aún más los esfuerzos para abordar los desafíos globales.

Los 33 riesgos en el ranking aumentan en puntuación de gravedad a largo plazo, reflejando las preocupaciones de los encuestados sobre la mayor frecuencia o intensidad de estos riesgos a medida que se desarrolla la próxima década.

“Desde conflictos hasta el cambio climático, nos enfrentamos a crisis interconectadas que exigen una acción coordinada y colectiva”, afirmó Mark Elsner, Jefe de la Iniciativa de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial. “Se necesitan con urgencia esfuerzos renovados para reconstruir la confianza y fomentar la cooperación. Las consecuencias de la inacción podrían sentirse durante generaciones venideras”.

 

Una década decisiva: la colaboración como clave para la estabilidad

A medida que las divisiones se profundizan y la fragmentación remodela los paisajes geopolíticos y económicos, la necesidad de una cooperación global efectiva nunca ha sido más urgente. Sin embargo, con un 64% de los expertos anticipando un orden global fragmentado marcado por la competencia entre potencias medias y grandes, el multilateralismo enfrenta una tensión significativa.

Sin embargo, volverse hacia adentro no es una solución viable. La próxima década presenta un momento crucial para que los líderes naveguen por riesgos complejos e interconectados y aborden las limitaciones de las estructuras de gobernanza existentes. Para evitar una espiral ascendente de inestabilidad, y en su lugar reconstruir la confianza, mejorar la resiliencia y asegurar un futuro sostenible e inclusivo para todos, las naciones deben priorizar el diálogo, fortalecer los lazos internacionales y fomentar condiciones para una colaboración renovada.

Matías Rosales, CEO de Marsh McLennan Argentina y Uruguay, manifestó: “Como vemos, nos enfrentamos a riesgos ambientales, bélicos, ciberataques y desinformación que nos desafían, como naciones, a  lograr instituciones transparentes y con mucho diálogo y apertura. Mirando a la Argentina en el mediano y largo plazo consideramos que tenemos una posición y oportunidad de privilegio importante que no debemos desaprovechar: estamos muy alejados de los problemas bélicos, con un fuerte liderazgo en recursos naturales hoy muy necesarios en esta fractura geopolítica y donde Argentina y países de Latam muestran muy poca contaminación, que es la principal preocupación del planeta. La apertura al diálogo será vital para lograr, a través de la cooperación económica, la estabilidad global”.

Gerardo Herrera Perdomo, Director Regional de Consultoría de Riesgos de Marsh, reveló: “La clave para liderar un futuro más próspero y sostenible está en la anticipación y en una visión completa del panorama en el que se mueven nuestros negocios y nuestras comunidades. Conocer y gestionar de forma estratégica los riesgos a los que nos enfrentamos, y tener claridad de sus potenciales impactos en las operaciones, los empleados, cadenas de suministro, clientes, infraestructuras… es cada día más crítico para el desarrollo empresarial y la resiliencia de cualquier país. El costo de la inacción es insostenible”.

Carolina Klint, Directora Comercial en Europa de Marsh McLennan, aseguró: “Al entrar en 2025, las amenazas que plantea el aumento del proteccionismo a las ya frágiles y extendidas cadenas de suministro globales son profundas. Las regulaciones propuestas que imponen restricciones a los flujos de datos y las escaladas en ciberataques maliciosos también aumentarán los costos para las empresas y reducirán su capacidad para aprovechar plenamente las innovadoras tecnologías digitales y la IA. Al tomar medidas proactivas para mejorar la resiliencia de la cadena de suministro e invertir en ciberseguridad robusta, las empresas estarán mejor posicionadas para navegar estos desafíos y posicionarse para el éxito en un paisaje de riesgos global cada vez más complejo y fragmentado”.

Peter Giger, Director de Riesgos del Zurich Insurance Group, expresó: “Con el planeta superando el umbral de calentamiento de 1,5°C en 2024 por primera vez, las apuestas son altísimas. Los resultados de la encuesta del Informe muestran claramente que los expertos consideran que los riesgos climáticos son críticos a largo plazo, pero como nos muestran los titulares de noticias recientes, también requieren nuestra atención a corto plazo. Ya hoy debemos centrarnos en los riesgos ambientales, desde el clima extremo hasta la pérdida de biodiversidad. La acción inmediata es crucial para mitigar los peores impactos del cambio climático y para construir resiliencia. Los costos de la inacción y la falta de cooperación global están teniendo un impacto adverso. Sin embargo, sigo siendo optimista, ya que creo que la humanidad puede encontrar soluciones sociales y tecnológicas para evitar lo peor. El mayor riesgo sería quedarnos de brazos cruzados ahora y decir que no hay nada que podamos hacer. No es demasiado tarde”.

Para obtener más información, accede el informe completo aquí.