El mercado asegurador está en un proceso de transformación muy profundo; si el impacto de la Res UIF 28/2018 generó un fuerte cimbronazo, imagínense cómo repercutió la exigencia de alinearse a las mejores prácticas de gobierno corporativo y riesgo integral que sumó la Res. SSN 1119/2018.
Y claro, no es menor, esta resolución les exige gestionar todos los riesgos de manera integral: mercado, liquidez, tecnológico y operacional, contar con al menos un Director Independiente, y aplicar los principios básicos de Gobierno Societario.
Si comparamos, este proceso en la industria bancaria, ésta se inició con mayor fuerza en 2008, tuvo una gradualidad razonable y hoy, 11 años después, aún está en proceso de mejora continua.
Por eso es clave que se realice a conciencia y con un plan de mediano plazo: lo importante en esta etapa es sentar los cimientos para gestionar los riesgos de manera integral: contexto, estructura, estrategia, riesgos claves y políticas de gestión. Luego si se podrá trabajar, a partir de esta base, en las herramientas que lo soporten.
Por otro lado, es importante tener en cuenta y contextualizar que es una Industria muy atomizada: según los últimos reportes de la SSN hay 189 compañías en Argentina y más de 37.000 Productores, a diferencia de otros países de la región donde se ve un fuerte grado de concentración. Y que la regla de Pareto se cumple casi a la perfección: el 80% de las pólizas están en manos de las 20 compañías más grandes. Por eso, pensar en una norma aplicable a todas las compañías por igual, probablemente resulte mínimamente de difícil customización.
Como pasó en el sistema financiero, es probable que en algún momento se segmente las exigencias en función del tamaño y volumen, aunque es sano que en la primera instancia todos hagan el esfuerzo y se involucren en el tema.
En lo que respecta específicamente a la aplicación del EBR en Prevención de Lavado, hay algunos puntos claves en los que las compañías de seguros presentan dificultades y que se espera que en breve puedan subsanarse y en este sentido el valorable diálogo que vienen teniendo las aseguradoras con los reguladores, sin duda es un punto que amerita ser destacado:
- Por la Ley de Seguros el tomador de la póliza es el pagador; sin embargo por la Res. UIF exige que en caso que «difieran Asegurado, Tomador y Pagador de la póliza se deberá realizar la Debida Diligencia del Pagador».
Esto generó una preocupación en las compañías ya que es información que no disponen. Se sabe que este punto será subsanado por las regulaciones alineándose con la Ley de Seguros.
- Otro punto clave es la información a incluir en los regímenes informativos: acá también el regulador tomó nota, se espera que se exima a las Compañías de incluir información que no cuentan, tales como el dato del titular del bien asegurado y el valor del bien, ya que esto implicaría un esfuerzo muy grande e incluso la necesidad de incurrir en costos adicionales. Por ejemplo, si yo aseguro mi casa lo importante es el valor de la cobertura y no tener una tasación del inmueble.
- Y el último tema a destacar, compartido por todos los Sujetos Obligados, es el poder contar con una base de Sujetos Obligados para validar si se encuentran inscriptos. En esta industria en particular, es prácticamente inviable no iniciar relaciones comerciales antes de verificar este dato, ya que considerando la dispersión de los canales de venta y sobre todo la necesidad de brindar coberturas en forma automática, atentaría contra el flujo del negocio.
Más allá de estos temas, que son puntuales y se irán ajustando, es de destacar el valor que este cambio de enfoque agrega al mercado asegurador. Estamos hablando en el mismo sentido que habla el mundo.
Sin duda requerirá un esfuerzo de las compañías y por sobre todo un profundo cambio cultural que no será de un día para otro.
Lo que se sabe es que el horizonte está claro y el que no se alinee, tarde o temprano, quedará excluido del sistema.