MAPFRE Economics acaba de publicar, a través de Fundación MAPFRE, un informe con el panorama económico y sectorial del 2021 y las perspectivas para el tercer trimestre. A continuación, el resumen con lo más importante.
Panorama económico
La evolución de la pandemia del Covid-19 sigue siendo el condicionante principal para la reactivación económica en las diferentes regiones del mundo. Las cifras de casos mundiales de contagios han vuelto casi a sus mínimos de marzo, aunque con la reciente tendencia a un ligero repunte. Esta tendencia es menos acusada en los países desarrollados, en tanto que en los países emergentes, a pesar de haberse superado el pico de mayo, los contagios se mantienen relativamente altos.
De la mano de este comportamiento en el número de contagios, la tendencia de los países más avanzados ha sido a la reducción de los niveles de restricción a la movilidad y contacto social, en tanto que en los países emergentes estas restricciones se han mantenido prácticamente inalteradas desde inicios del año.
En este contexto, en el escenario base considerado en este informe se ha mantenido la previsión de crecimiento del PIB mundial para 2021 hasta el 6,0%, y se sigue esperando un saludable aumento del 4,4% en 2022. Así, las perspectivas de crecimiento económico mundial, tanto este año como el próximo, siguen estando respaldadas por la reciente evolución de la actividad. Se espera un fuerte repunte del crecimiento mundial a medida que China recupere el impulso y que las economías avanzadas se vayan beneficiando de la relajación de las restricciones a la actividad y, por tanto, de la liberalización de la demanda de los hogares.
En los mercados emergentes, debido al aumento de los contagios, el crecimiento se verá ralentizado con previsión de mejora en el segundo semestre. Según las encuestas empresariales, la economía mundial continúa su reequilibrio alejándose de la industria, en favor de los servicios. Para reflejar el fortalecimiento de la recuperación, los cuellos de botella de la oferta y las crecientes presiones de los costes, las previsiones de inflación se sitúan en una media del 3,5% este año, una aceleración con pocos comparables desde hace una década.
No obstante, aún se prevé que esta tendencia será transitoria y que, en la mayoría de las economías, el actual aumento de la inflación responde a una dinámica temporal de la oferta y la demanda, y que empezará a remitir a medida que nos acerquemos a 2022. En relación con los movimientos de mercado y los cambios de perspectiva económica que se han producido durante estos últimos meses, cabe destacar el panorama económico en Estados Unidos, donde la mejora de las condiciones de salud, el repunte del empleo (que se prevé volverá a principios del 2022 a tasas cercanas a las que había en 2019) y el generoso estímulo fiscal, entre otros factores, contribuirán a dar un gran impulso a su economía.
Respecto a la inflación en esa economía, se observa un repunte con algo de histéresis en 2021, que se prolongará hasta entrado el 2022. En la Eurozona, la mejora de la situación sanitaria ha ayudado a suavizar las restricciones permitiendo la reapertura de sectores como el de la hostelería y el comercio minorista no esencial, animando así al consumo y elevando las perspectivas de los puntos turísticos de Europa. Todo ello apunta a un fuerte aumento del PIB durante el segundo y tercer trimestre de este año 2021.
La inflación, por su parte, podría alcanzar el 2,5% en el segundo semestre, impulsada por el aumento de los precios de hostelería, los cuellos de botella de la oferta y los efectos de base. En los países emergentes, aunque la visión central continúa siendo que recuperarán el pulso en el crecimiento, solo unos pocos han logrado controlar los brotes del Covid-19 y, en consecuencia, el crecimiento intertrimestral en el segundo trimestre será menor que en el primero, marcando así grandes diferencias entre ellos.
La fuerte recuperación económica a nivel mundial activará tanto la industria de los mercados emergentes como las perspectivas de exportación, beneficiando a los productores de las materias primas con el repunte de precios y, por otro lado, se espera el endurecimiento de las políticas monetarias en algunos de estos países debido al aumento de las presiones inflacionarias y la compensación de las amplias brechas de producción.
Panorama sectorial
En términos generales, continúan mejorando las expectativas para la economía y los mercados aseguradores a nivel global, con un nivel de incertidumbre moderado a pesar de los problemas puntuales que se están produciendo con las nuevas variantes del virus. Los bancos centrales siguen desplegando políticas monetarias ultra acomodaticias y las autoridades fiscales los extensos paquetes de ayuda (dando apoyo a la economía global y a los mercados financieros), con la excepción de algunas economías emergentes que están viviendo un repunte de la inflación y tienen agotada su capacidad fiscal, lo que les está obligando a revertir algunas de las medidas previamente adoptadas, por lo que la recuperación será desigual. De esta forma, buena parte de los mercados emergentes (excluyendo a China) se encuentran en estos momentos en una fase más retrasada de la recuperación y de la lucha contra la pandemia, con un ritmo de vacunación que sigue siendo lento.
Esto contrasta con lo que ocurre en la mayor parte de los mercados desarrollados en los que se ha producido un gran avance en los planes de vacunación, que se ha visto reflejado en una drástica reducción del número de hospitalizaciones y de fallecimientos por Covid-19, y que está permitiendo levantar parte de las restricciones a la movilidad. Las amplias medidas de apoyo monetario y fiscal implementadas han servido de gran ayuda a los mercados aseguradores, los cuales han mostrado una resistencia durante esta crisis superior a la de anteriores crisis globales.
Los últimos datos publicados vienen a confirmar que el negocio de Vida ha sido el que más ha sufrido de forma prácticamente generalizada a consecuencia de la pandemia, junto con algunos segmentos importantes del negocio de No Vida como el de Autos, lo que se ha visto compensado parcialmente con el buen comportamiento de otros segmentos de negocio, principalmente los seguros de Salud. No obstante, el negocio asegurador ya empieza a dar claros síntomas de recuperación. Las perspectivas de vuelta al crecimiento económico están ayudando a la recuperación de los mercados aseguradores, y las subidas de tipos de interés que se han producido en algunos mercados emergentes han creado un entorno favorable para la comercialización de productos de Vida ahorro y rentas vitalicias.
En España, en particular, la vuelta al crecimiento económico y la mejora de las expectativas se están trasladando al mercado asegurador, que está experimentando crecimientos significativos en términos interanuales. Las primas del negocio de Vida estarían creciendo a un ritmo cercano a los dos dígitos, recuperándose el crecimiento tanto de las primas de los seguros de Vida lejos de los niveles pre-crisis.
Por último, cabe destacar que, durante el segundo trimestre de 2021, los principales grupos aseguradores de la Unión Europea han publicado su “Informe sobre la Situación Financiera y Solvencia” (Solvency and Financial Condition Report, SFCR) correspondiente al ejercicio de 2020. Se trata del quinto de estos informes que han sido divulgados por dichas entidades desde que se encuentra en vigor el nuevo marco armonizado de regulación de Solvencia II. Del análisis de la información correspondiente a los 16 mayores grupos se desprende que su situación es saneada, con unos ratios de solvencia que superan ampliamente los mínimos regulatorios.