Mucho se habla últimamente del modelo de Open Insurance: un paradigma por el cual las aseguradoras brindan acceso abierto a sus API (siglas en inglés por interfaz de programación de aplicaciones), de manera que sus servicios se pueden compartir libremente. Esto habilita una nueva gama completa de oportunidades de negocios: desde ganar eficiencias al propio interior de la aseguradora hasta desarrollar modelos de negocios que involucren empresas de otras industrias para que integren servicios relacionados con el mundo de los seguros a sus propuestas, pasando por modelos colaborativos entre diferentes compañías de seguros.
El juego parece estar iniciándose. Sin embargo, persiste la duda: ¿Cuándo afectará este modelo la actividad cotidiana de las empresas del sector y, como consecuencia, de sus clientes?
El crecimiento se está dando de manera acelerada, aunque aún se trata de números moderados: a nivel mundial en 2021 se registraron apenas 15 millones de usuarios de Open Insurance en todo el mundo, de acuerdo al portal especializado en estudios de mercado Statista. Esa cifra tiende a más que quintuplicarse en apenas tres años, para llegar a los 85 millones en 2024, lo que nos habla aún de una penetración muy baja a nivel global. La tendencia se revertirá rápidamente en la siguiente década: para 2032, ese número habrá crecido de manera exponencial para alcanzar los 812 millones.
Latinoamérica: camino a la madurez
En líneas generales, un reporte de 2022 de Tink -una compañía de Visa-, señala que la madurez de las finanzas abiertas (entre las que se incluye Open Insurance) depende de diversas variables, entre las que destacan la demanda del mercado, las regulaciones disponibles y la aparición de terceras partes no financieras, como pueden ser los grandes marketplaces o las empresas de servicios públicos, interesadas en el segmento financiero.
El mismo reporte detecta algunas barreras comunes en los países donde las finanzas abiertas están demorando más, por ejemplo, mercados dominados por algunos pocos jugadores o baja inclusión financiera, medida por variables como un fuerte uso del dinero en efectivo o niveles bajos de bancarización. Latinoamérica, en este sentido, se encuentra en un momento emergente: el vigoroso ecosistema de startups innovadoras y originales que hay en la región avanza a paso firme con propuestas para el mercado de los servicios financieros en general y de las aseguradoras en particular. No obstante, quedan factores culturales y regulatorios por mejorar antes de que Open Insurance logre asentarse en la región.
Preparando el terreno
Otro gran desafío consiste en que esté disponible la infraestructura de IT de las aseguradoras para adoptar este nuevo modelo. En el corazón de todo se ubican los datos: es necesario contar con repositorios únicos y de buena calidad, además de herramientas analíticas que permitan extraer el máximo valor de negocios posible y visualizar en un único dashboard toda la información relevante para una toma de decisiones oportuna e informada.
Por todo esto, para las aseguradoras, comienzan a cobrar relevancia soluciones como SAP Fioneer, que tiene como misión convertir a las entidades financieras en empresas inteligentes, a partir de simplificar la operatoria para que las aseguradoras puedan incorporar aplicaciones de terceros bajo el modelo ready to use, adoptar los principios de finanzas abiertas, simplificar la capacidad de compartir funcionalidades y servicios a través de API o crear nuevas aplicaciones, siempre con una mirada de ecosistema.
Mientras tanto, las empresas de la industria aseguradora que continúen innovando y acelerando su trayectoria hacia la transformación digital serán las que quedarán mejor posicionadas para capitalizar esta disrupción que, a simple vista, se ve irrefrenable: el futuro de los seguros es decididamente abierto y colaborativo.