La actividad se desarrolló el pasado miércoles 13 de marzo, estuvo dirigida a Productores Asesores de Seguros, periodistas especializados en seguros y público en general, y tuvo como objetivos principales contribuir a la deconstrucción de las representaciones sociales sobre la movilidad de las mujeres y concientizar, a través de la información, sobre la igualdad de género en el tránsito para promover la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.
Algunos ejes que se abordaron estuvieron vinculados a la convivencia vial, la vulnerabilidad de las mujeres como usuarias del transporte público de pasajeros, los motivos de los viajes según el género, la desigualdad de género existente en la sociedad, los estereotipos y roles, entre otros.
Género y movilidad
Según la Guía metodológica para la planificación y el diseño del sistema de movilidad y transporte, lanzada en 2021 desde la Secretaría de Transporte y Obras Públicas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en conjunto con Colectivo Punto 6 (una reconocida cooperativa de arquitectas, sociólogas y urbanistas) y con el apoyo de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina, ex Corporación Andina de Fomento), el 51% de los desplazamientos diarios de las mujeres en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son en transporte público.
En CABA, las mujeres realizan en promedio tres viajes diarios, tanto por motivos ocupacionales (trabajo) como por cuidados domésticos y acompañamiento a niños y/o personas mayores; mientras que los hombres realizan en promedio dos viajes diarios, por causas laborales. Asimismo, las mujeres representan el 60% de los peatones y el 58% de los usuarios de colectivos.
Por otra parte, la conducción de vehículos en la vía pública sigue siendo mayoritariamente masculina y, a pesar de que las estadísticas lo desmienten, las mujeres todavía tienen fama de ser malas conductoras. El mito popular de que ellas manejan mal contrasta con las cifras oficiales que avalan su buen desempeño.
¿Por qué las mujeres se mueven distinto que los hombres?
Roles: nos indican la conducta, las tareas y responsabilidades que “debemos” realizar de acuerdo a nuestra condición de género.
Estereotipos: son imágenes naturalizadas y aceptadas por la mayoría de la sociedad sobre un determinado grupo o colectivo. Esta imagen se forma a partir de características tomadas como fijas y estáticas.
¿Qué valores circulan en la conducción?
- Se valora la velocidad como un símbolo de valentía.
- En las maniobras riesgosas, se juzga el hecho de no tener miedo o, por el contrario, ser temerario.
- La falta de apego a las normas.
- La falta de empatía con las demás personas.
- La competitividad: la calle vista como una pista de carreras.
- Importa el tamaño del vehículo como un símbolo de status, fuerza, virilidad.
Todas estas características son asociadas a los hombres y tomadas como “naturales”. El discurso dominante atribuye este estilo de conducción al género masculino, que en virtud de “disposiciones naturales” serían quienes “manejan bien”. Esta identidad del buen conductor se construye en contraposición con un estereotipo femenino, pensado de forma (aparentemente) positiva, en relación a lo “cauteloso” o negativa, en relación al “temor, la inseguridad y la distracción”.
“Mujeres al volante, peligro constante”
Estas son las creencias populares más comunes sobre la conducción de las mujeres:
- Todas manejan mal.
- Son miedosas.
- Entorpecen el tránsito.
- Provocan incidentes.
- No saben estacionar.
- Se distraen fácilmente.
¿Cómo se traducen estos estereotipos a la hora de conducir? En la Ciudad de Buenos Aires, sobre el total de las licencias de conducir existentes, un 75% corresponden a hombres y solamente un 25%, a mujeres.
Otro dato importante es el que revela que el sector del transporte público de pasajeros es el de menor inserción laboral para las mujeres: en CABA hay más de 18 mil choferes hombres y menos de 20 choferes mujeres.
Las mujeres y el acoso
Durante un buen tramo de la charla online se trató el tema del acoso al género femenino, tanto en la vía pública como en el transporte público. El acoso es la forma más naturalizada, invisibilizada y legitimada de violencia contra las mujeres, y es el primer eslabón de una larga cadena de violencias que, como todas, se basan en una relación desigual de poder entre los géneros masculino y femenino. El acoso puede ser gestual, verbal o físico: va desde recibir gestos obscenos y comentarios de índole sexual, mostrar partes privadas del cuerpo hasta la persecución, el arrinconamiento y el contacto físico indebido o sin consentimiento.
Según datos relevados por la Dirección General de la Mujer del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el 100% de las mujeres manifestó sufrir algún tipo de acoso al menos una vez en su vida:
- El 25% fue acosada por el conductor de un taxi mientras realizaba un viaje.
- El 34% fue manoseada dentro de un colectivo.
- Al 37% un hombre le mostró sus partes íntimas sin su consentimiento previo.
- El 54% fue acosada verbalmente esperando en una parada o estación.
- El 70% recibió comentarios inapropiados u obscenos sobre su apariencia.
¿Cómo afecta esto a las mujeres? Según los datos del estudio “Ella se mueve segura” realizado por CAF en 2017, el 51% usa ropa que no llame la atención; el 59% dejó de viajar en transporte público de noche; el 63% se mueve acompañada; el 67% toma rutas alternativas; y el 87% evita lugares oscuros o con poca gente.
A modo de ejemplo de qué se está haciendo desde el GCBA para intentar transformar la realidad frente al acoso callejero y en el transporte público, se hizo referencia a la campaña gráfica contra el acoso mediante afiches en las estaciones de subte, tren y en la vía pública.
Plan de Género y Movilidad de la Ciudad de Buenos Aires
La responsable del área de Talleres Especiales en Educación Vial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Ivana Velasco, también se refirió al Plan de Género y Movilidad del GCBA. Este es un plan de acción integral para incorporar la perspectiva de género en el diseño y planificación urbana y del transporte e implica pensar en los usos y necesidades de las mujeres a la hora de moverse y habitar los espacios públicos de la Ciudad para hacerla más accesible, inclusiva y segura.
Los ejes de trabajo del Plan de Género y Movilidad son:
- Planificación, diseño y gestión con perspectiva de género.
- Inserción laboral de las mujeres en el sector Transporte y Movilidad.
- Datos y estudios de movilidad cotidiana y seguridad con perspectiva de género.
- Capacitación y sensibilización en perspectiva de género.