En el último informe de Coface sobre “Los riesgos sectoriales” señala que el repunte en el consumo de los hogares refleja la confianza recuperada de los hogares y las empresas en Europa Occidental. Esta dinámica positiva ha permitido que se reclasifique como de bajo riesgo a los sectores de tecnología de la información y comunicación y al sector automotor.
El aumento de las matriculaciones de nuevos vehículos está beneficiando a los fabricantes de automóviles y empresas del sector metalúrgico. Aunque la metalurgia todavía se asocia con un alto riesgo, su evaluación se ha mejorado (la industria automotriz cuenta con el 12% del sector y la construcción con un 50%). La mejora moderada observada a principios del año en el sector de la construcción ha sido confirmada. Esto, junto con el aumento en los permisos de construcción en la región, ha permitido que el sector sea reclasificado como riesgo medio.
A pesar de la tendencia positiva en el gasto de los hogares, el sector textil ha sido oprimido por la elevada competencia interna. El segmento medio de la industria está bajo la presión de los grandes grupos europeos.
Aunque la región está ganando impulso, tres sectores están bajo vigilancia en el Reino Unido tras la esperada separación de la Unión Europea. A corto plazo, la construcción (6,1% del PIB) estará presionada por el alza de los precios de las importaciones, debido a la depreciación de la libra esterlina. Los sectores farmacéuticos y automotor pueden ser impactados negativamente por las barreras de entrada, debido a que las mercancías de estas industrias están entre las más exportadas.
Un cambio entre los mercados emergentes y desarrollados
América Latina aún está asociada con los riesgos más altos a nivel mundial, sus sectores energéticos, acerero y de la construcción, se encuentran clasificados en su categoría de máximo riesgo (muy alto riesgo). En el lado positivo, Brasil, como muchos otros países de América Latina, goza de ventajas comparativas en la manufactura de la pulpa de papel, reforzada por la caída del real contra el dólar en 2015 (-47%).
Durante los primeros 5 meses de 2016, las exportaciones brasileñas crecieron en un 10%, reduciendo los riesgos en el sector de la madera y papel. Entre los 12 sectores analizados por Coface, el sector del cuidado de la salud permanece como el de menor riesgo globalmente. A pesar del entorno internacional difícil, el sector se está beneficiando de la creciente demanda de atención médica en las economías emergentes y de un modelo de negocio en las economías avanzadas basado en el reembolso. Esto está incitando a las compañías a invertir.
Dado al alto margen de rentabilidad observado en Norte América, estamos reclasificando al sector farmacéutico como de muy bajo riesgo. Sin embargo el crecimiento de Estados Unidos está perdiendo impulso en 2016 (1,8%) y las ventas minoristas se están desacelerando, reflejando un consumo más moderado. El sector textilde Norte América, el cual está impactado por esta desaceleración, ha sido degradado a muy alto riesgo.
Las regiones dependientes del petróleo contrarias a la tendencia global
Sin bien se pueden ver tendencias económicas más sólidas, ciertas regiones incluyen sectores altamente afectados.
El Medio Oriente, que depende principalmente de las exportaciones petroleras, ha adoptado políticas de austeridad las cuales van en detrimento de otros sectores. Estas medidas están pesando en las actividades económicas dependientes del consumo dinámico de los hogares. Estos acontecimientos son resultado de los bajos precios del petróleo, los cuales han llevado a la reducción de los subsidios al combustible. Como consecuencia han sido degradados a alto riesgo, los sectores automotores, industria alimentaria, comercio minorista y textil e indumentaria.
Las políticas que imponen recortes en el gasto público también han impactado en los países de Asia Emergente. Esto es particularmente cierto en el sector de la construcción, donde las deudas de las compañías han alcanzado niveles record debido al incremento de la morosidad de sus clientes. Por consiguiente, el sector ha sido degradado a muy alto riesgo. Sin embargo, la industria agroalimentaria está yendo mejor y se expande, gracias a un ligero repunte de los precios de los commodities agrícolas.