Fix, la afiliada de Fitch Ratings, señala en su último informe que acerca de las eliminaciones de los derechos de exportación para los productores agrícolas, del sistema de ROEs regresando a la DJVE y del cepo cambiario sumado a la devaluación del peso, implican un entorno operacional más amigable para las compañías del sector agrícola.
Debido a esto, Fix considera los elevados niveles de existencia a nivel global, los precios podrían encontrarse bajo presión, tal como indica la información de los mercados de futuros. Esto podría morigerar el impacto positivo de la devaluación sobre el flujo de fondos de las compañías del agro.
Además, el nuevo escenario para la industria local podría implicar efectos positivos de largo plazo relacionados con el incentivo a la rotación de cultivos y su impacto en términos de sustentabilidad agrícola y mantenimiento de la calidad de los suelos.
Para la calificadora, es necesario esperar un incremento del área cultivada de trigo y maíz, con mayores niveles de adopción de tecnología, generando externalidades positivas para todos los actores de la industria.
Por último, en cuanto a los principales desafíos del sector en 2016 estarán relacionados con la evolución de la inflación, que podría erosionar la competitividad cambiaria, y la capacidad de las empresas de recomponer sus estructuras de capital que actualmente se encuentran apalancadas producto de las últimas dos campañas, en un contexto de altas tasas de interés.