Años atrás, los ataques cibernéticos eran algo impensado. Sin embargo, según la última encuesta de percepción de riesgos globales publicada en el reporte Global Risks 2019, y realizada por Foro Económico Mundia, hoy ocupan el quinto lugar entre las 10 amenazas globales con más posibilidades de ocurrir en 2019.
A su ves, los ciberataques se encuentra el séptimo puesto de la lista de problemáticas con mayor impacto en la economía mundial. El estudio también posiciona en el cuarto lugar a los ciberataques vinculados al robo de datos y dinero. Según Infobae, para llegar a estos resultados, se tomaron las percepciones de 1.000 referentes del sector público, privado y académico.
Los ciberataques más resonantes
Todos los especialistas coinciden en que Ransomware -también conocido como Rogueware o Scareware- es una de las amenazas más grandes. Se trata de un programa dañino que restringe el acceso a un sistema y exige el pago de un rescate para eliminar la restricción.
Cuando hablamos de amenazas que se pueden llegar a materializar, sin lugar el ransomware seguirá ocupando un rol importante. Si bien durante 2018 no tuvo un crecimiento tan grande como en años anteriores, se seguirá viendo mucho», afirma al medio Infobae Camilo Gutiérrez, experto en ciberseguridad de Eset Latinoamérica
Los cibercriminales encontraron ahí una manera de obtener dinero. Hemos detectado el año pasado que este tipo de ataque está dirigido cada vez más a las empresas», añade sobre el programa.
A su vez, comenta que las criptomonedas es otra área que tiene el riesgo de sufrir ciberataques. «Los códigos maliciosos dedicados al minado de criptomonedas, es decir, utilizar la capacidad de cómputo de los usuarios para minar criptomonedas, también es una tendencia muy fuerte que vimos en 2018 que está creciendo», asegura Gutiérrez.
El reporte Global Risks 2019 también indica que la inteligencia artificial (IA) y el machine learning (aprendizaje de máquina) serán cada vez más sofisticados y que tendrán el potencial para amplificar los riesgos existentes o crear nuevos.
A partir de los datos publicados en el informe, podemos afirmar que las tecnologías que impulsan la revolución 4.0, también podrían tornarse en contra, y afectar los sistemas de numerosas compañías.