Por Ezequiel Niedfeld, CEO & Co-Fundador de Autoinspector.-
La pandemia ha traído muchas dolencias para un pueblo ya castigado por la inseguridad social y vial, la inflación, la pobreza y la creciente crisis educativa. La cuarentena ha sumado un flagelo económico más a las miles de pymes que intentaban sobrevivir en Argentina y la región.
En la industria del seguro no hubo excepciones y por más que disminuyeron los siniestros, ha crecido enormemente el fraude. Se aplicaron procesos tecnológicos de manera acelerada para cubrir la nueva demanda remota y en muchos casos se desconocía y aún desconoce, el impacto que puede traer aparejado, entre ellos las denuncias y reclamos fraudulentos.
La lucha contra el fraude en los sectores bancarios, financieros y seguros, es histórica. Los malos siempre encuentran la manera de aprovecharse de las empresas y los clientes indefensos que, por incertidumbre de las aseguradoras, terminan pagando primas más altas. Las cifras ascienden sólo en Argentina a más de 50 mil millones de pesos. El problema siempre se ha atacado de la misma manera, a través de la investigación de los siniestros dudosos; pero como bien sabemos: “No podemos esperar resultados diferentes haciendo siempre lo mismo”. Nunca se ha planteado una política empresarial real para combatir definitivamente a estas asociaciones e individuos estafadores, porque sobrevuela en la industria un paradigma de inspección que, si bien ha quedado obsoleto, todavía está vigente: En la suscripción se inspecciona lo que se puede o se necesita. Sin embargo sabemos que se inspecciona poco porque los costos de los servicios son altos, no se tiene la suficiente cantidad de inspectores o no es posible llegar a ciertos lugares. Si por un momento descartamos todas estas causas, no tendría sentido dejar bienes sin inspeccionar. Por un lado porque los fraudulentos se inclinarán a las coberturas y bienes que queden despojados de protección, pero por otro lado porque siempre es conveniente conocer más y reducir la incertidumbre, una máxima del seguro.
Después de todo hay una buena noticia, gran parte del fraude en seguros es evitable: Ahora se puede inspeccionar todo, cuando, donde y cuantas veces se necesite, con Autoinspector, un servicio de inspección a demanda con inteligencia artificial que es escalable, digital, otorga resultados inmediatos y es automático e integrable a los sistemas de las empresas. Como si esto fuera poco el precio es insignificante, menos de la mitad del precio de un café.
Imaginemos qué pasaría si inspeccionamos todo… se evitan los fraudes por falta de cobertura, por motivos no cubiertos, por bienes inexistentes, etc, etc, etc. Conocemos la vida completa de un bien desde el inicio, durante los reclamos, siniestros y durante la reparación. Si hay una denuncia, la investigación dura 1 minuto, el tiempo que lleva abrir el reporte de inspección.
La inteligencia artificial aplicada a un servicio que tiene todo para ayudar a resolver la gestión de las inspecciones, eficientizar procesos y reducir costos; es realmente un cambio de paradigma en inspecciones, que va a permitir eliminar casi por completo el fraude. Es sólo cuestión de tomar la decisión.
