El nuevo sistema de Riesgos del Trabajo, plasmado en la Ley 24.557, comenzó a funcionar en julio de 1996. El Estado, los empleadores, los trabajadores y las aseguradoras, cada uno con un rol específico e insustituible, con un objetivo común: prevenir los accidentes y enfermedades instalando la cultura del trabajo seguro y atender los daños ocurridos de manera integral y automática hasta su total o máxima recuperación, tal como señala el último Boletín Informativo de la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART) escrito por su Presidente, Mara Bettiol.
Esta puesta en marcha del sistema, a tan solo 9 meses de la aprobación de la Ley, desde la UART señalan que: “a lo largo de todos estos años, se realizó una tarea enorme, siendo el desafío que la prevención comenzara a formar parte de las agendas de las empresas de manera tal de disminuir los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales. El esfuerzo combinado y activo de las partes, cada una en su rol, redujo los fallecimientos en un 69% y los accidentes, en más de un 30%.”
Desde su creación en 1996 y por la aplicación de las políticas de prevención y atención inmediata, se evitaron 8.762 fallecimientos.
Sin embargo, la generación de la cultura de la prevención, es una tarea de sostenimiento permanente, ya que las actividades cambian y evolucionan, los métodos de producción se modifican, y entonces las estrategias de protección y prevención deben ir readecuándose a las nuevas exigencias.
Hoy el sistema protege a 10 millones de trabajadores. Recientemente se sumaron más de 400 mil que se desempeñan en casas particulares. Asimismo, se establecieron condiciones preferenciales para Micropymes. Como ya dijimos los índices de accidentabilidad y mortalidad siguen en baja. En estos años, hemos alcanzado parámetros comparables a los de sistemas mucho más antiguos que el nuestro.
Asimismo, la UART asegura que se alcanzaron estándares de prestación e indemnización superiores a los de muchos países con más historia en la materia, como así también a las vigentes previamente y las correspondientes a sistemas como el de reparación civil.
Por otro lado, hay una creciente amenaza judicial contra las aseguradoras que no se detiene. Disminuyeron los accidentes, se cubren cada vez más enfermedades, se pagan cada vez montos indemnizatorios más altos, pero los juicios crecen.
Esta situación, que sería contenida con la reforma de 2012, ha cobrado una fuerza tal que hoy pone en peligro al sistema y a sus beneficios.
Debido a esto, la UART considera que la solución a este grave panorama conjuga tres estadios. Un paliativo, es transmitir esta distorsión a cada actor partícipe del sistema para que estén informados sobre la delicada situación y colaboren en generar el consenso social para su pronta corrección. Desde la entidad vienen implementando una campaña de difusión de la problemática.
Una condición necesaria, es mantener un compromiso con la calidad de cobertura y la solvencia del sistema, para lo cual el financiamiento del mismo es clave. Por último, parte de la solución de fondo es que la Justicia avale mediante sus fallos las previsiones de mejora realizadas a través de la Ley 26.773 (en vigencia desde octubre de 2012), en términos de aplicación del Baremo de Incapacidades, el Listado de Enfermedades, el RIPTE como parámetro de actualización de las sumas fijas y piso y la no retroactividad, entre otros aspectos.