En nuestro país, más del 10% de la población tiene algún tipo de discapacidad. Sin embargo, no es un limitante para manejar. Más de 75 mil personas tienen su licencia especial vigente para vehículos adaptados.
Cada 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha que propone una mayor integración en la sociedad de las personas que tienen algún tipo de invalidez. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), más de 3 millones y medio de argentinos padecen alguna discapacidad, entre las que prevalecen la motora, la visual, la auditiva y la mental-cognitiva. En cuanto a la conducción de vehículos, las personas con discapacidad pueden conducir correctamente un vehículo, según cual sea su limitación física o sensorial. Algunos tipos de invalidez como la auditiva o visual son controlables y no significan un impedimento o una licencia especial, porque pueden compensarse, por ejemplo, con audífonos o lentes. En los exámenes psicofísicos para renovar o generar por primera vez la Licencia Nacional de Conducir (LNC) que otorga la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), se realiza una revisión exhaustiva para prevenir siniestros viales ocasionados por conductores que no se encuentres aptos y que constituyan un peligro para el entorno.
Si el conductor necesita adaptar el vehículo para un manejo eficiente, debe gestionar una licencia clase F, que es complementaria de la categoría que los habilite a conducir según el porte de vehículo. Las modificaciones que se le realicen al vehículo deben permitirle al conductor alcanzar todos los mandos que garantice una conducción segura y cómoda. Actualmente, 75.304 personas cuentan con la licencia clase F vigente, (61.488 hombres y 13.816 mujeres) y la categoría más emitida para los vehículos adaptados es la B. La credencial debe asignar la descripción de la adaptación que corresponda y estar acompañada de la subclase correspondiente. En la instancia del examen, si el conductor necesita un vehículo adaptado, la prueba práctica debe hacerse con dicho automóvil para demostrar su aptitud en el manejo.
En la organización sin fines de lucro Fleni existe desde el 2002 la Clínica de Conducción, un espacio que brinda un servicio integral para la rehabilitación e inserción de los pacientes en la conducción de un automóvil. Allí, cualquier persona con una discapacidad que quieran volver a conducir o hacerlo por primera vez son atendidos por profesionales que realizan una evaluación de conducción específica para determinar su aptitud para manejar. Las patologías más frecuentes que recibe el establecimiento son secuelas de accidentes cerebro vasculares (ACV), traumatismos de cráneo, lesiones medulares y amputaciones. Las pruebas de manejo se llevan a cabo en la sede Escobar (Ruta 9, km. 42, ramal Escobar) y cuenta con un simulador y un automóvil adaptado. Posteriormente, se entrega un informe sobre las capacidades del paciente para conducir. Las evaluaciones se realizan los días jueves de 9 a 15 horas (www.fleni.org.ar).
Además, la Ley Nacional N°19.279 facilita la adquisición de un vehículo para el uso exclusivo de personas con discapacidad. También, las instituciones sin fines de lucro u organismos estatales que se dediquen a la rehabilitación de personas con discapacidad, pueden adquirir un vehículo con una capacidad de mínima de ocho personas sentadas o transportadas en sillas de ruedas o similares.