Medioambiente Prevención

La deforestación futura destruiría 170 millones de hectáreas de bosque

Según detalla un estudio publicado hoy por la Organización Mundial de Conservación (WWF) en la Cumbre de Paisajes Tropicales: Una oportunidad de inversión global, un encuentro internacional de líderes políticos, empresariales y de la sociedad civil que se celebra en Yakarta (Indonesia), indica que más del 80 % de la pérdida de superficie forestal en todo el mundo se concentrará en solo once lugares: Amazonia, el Bosque Atlántico y Gran Chaco, Borneo, el Cerrado, Chocó-Darién, la cuenca del Congo, África oriental, el este de Australia, el Gran Mekong, Nueva Guinea y Sumatra. Y, de mantenerse las tendencias actuales en esos “frentes de deforestación” podrían destruirse hasta 170 millones de hectáreas de bosque entre 2010 y 2030, tal como notifica Fundación Vida Silvestre.

Imaginemos que desaparece en apenas 20 años un bosque del tamaño de Alemania, Francia, España y Portugal junto. Estamos pensando de qué manera podemos hacer frente a ese riesgo para salvar a las comunidades y culturas que dependen de los bosques, y velar por que estos sigan almacenando carbono, filtrando el agua, suministrando madera y siendo el hábitat de millones de especies.», asienta Rod Taylor, Director del Programa Mundial de Bosques de WWF.

La principal causa de la deforestación es la expansión de la agricultura, incluyendo la ganadería comercial, la producción de aceite de palma y de soja, así como las invasiones de los pequeños agricultores.

El Informe Bosques Vivos sostiene que es posible satisfacer la demanda humana de alimentos, energía y materias primas en las próximas décadas sin sacrificar a los bosques. Entre las alternativas que propone se encuentran: 1) ampliar y fortalecer las redes de áreas protegidas; 2) reconocer y valorar económicamente los servicios ecosistémicos de los bosques; 3) implementar proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación Evitada a una escala más grande; 4) eliminar la deforestación de las cadenas de suministros de las empresas; 5) incorporar medidas de mitigación en los proyectos de infraestructura.

El Bosque Atlántico del Alto Paraná cubría originalmente alrededor de 500.000 km² compartido entre la Argentina, Brasil y Paraguay. Actualmente, se conserva poco menos de 35.000 km², sólo el 7,4 % de su área original, en un paisaje altamente fragmentado. Esta situación lo ubica como uno de los bosques subtropicales más amenazados a nivel mundial.

Del lado Argentino, entre 1989 y 2004 se deforestaron anualmente un promedio de 18.780 hectáreas, con una tasa anual de 1.13%, más alta que la tasa sudamericana (0.44%) y que la tasa global (0.23%) en períodos similares. Sin embargo, con la reglamentación de la Ley de Bosques en la provincia, la deforestación en el período 2004-2013 se redujo a 5.300 hectáreas por año, menos de un tercio de la deforestación anterior a la sanción de la ley.

En nuestro país el avance de la agricultura mecanizada en el Gran Chaco y la penetración de actividad ganadera en la Selva Misionera son dos de los principales factores que promueven esta situación. La implementación efectiva de la Ley de Bosques y el apoyo de la comunidad internacional para la implementación de proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación Evitada, conocidos como REDD+, pueden ser dos alternativas viables para modificar esta tendencia, asegurar la sobrevivencia de la rica biodiversidad, mantener la provisión de servicios ambientales y promover soluciones sustentables para el desarrollo de las comunidades que habitan estas ecorregiones.» asegura Manuel Jaramillo, coordinador del Programa Selva Paranaense de Vida Silvestre.