Cada anillo del símbolo Olímpico representa uno de los 5 continentes del mundo. Por eso, a días del comienzo de la más importante y única competencia deportiva que los reúne a todos, Fundación Vida Silvestre Argentina lanza “Un anillo más”: una propuesta para que este año sumemos el que falta, el del continente antártico, y empecemos a ver el mundo tal cual es.
La Antártida es una de las mayores y más valiosas regiones naturales del mundo. También una de las más vulnerables. Cada uno de sus cambios, afecta seriamente al resto del planeta. Debemos tomar conciencia de que es el sexto continente: el continente de todos.
Para entender las amenazas hay que poner el foco en la sobrepesca, el cambio climático y la acidificación de los océanos. Durante los últimos 50 años, la región occidental de la Península Antártica registró un aumento de la temperatura 4 veces superior al resto del planeta y el hielo marino retrocedió un 40%, en comparación con su extensión hace 26 años.
La problemática no es solo de la Antártida: si un ecosistema de 113 millones de Km2 de tierra y mar cambia, lo hacen también los ecosistemas terrestres y marinos del resto del planeta.
El cambio climático y la acidificación de las aguas ponen en gran riesgo el hábitat y el desarrollo del krill y, por ende, a los cientos de especies que se alimentan de él, como ballenas, aves voladoras y no voladoras (pingüinos), focas, lobos marinos, calamares y peces, poniendo en riesgo a todo el ecosistema.
A su vez, el derretimiento de barreras de hielo y glaciares, el aumento de la temperatura de los océanos y estratificación, el cambio de circulación de las corrientes e ingreso de nutrientes, contenido de oxígeno y pH generan un gran impacto en todos los ecosistemas marinos y terrestres del planeta.