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ISEV reflexiona al conmemorarse un nuevo “Día de la Seguridad Vial”

Cada 10 de junio se conmemora el Día Mundial de la Seguridad Vial, este año Eduardo Bertotti, Director de ISEV reflexiona sobre esta temática. A continuación, el comunicado oficial:

[box type=»note»]“La verdad es que resulta difícil abordar este tema con “optimismo”, dadas las circunstancias y los datos de la realidad con un crecimiento de la siniestralidad vial grave que no cede. Y no es sorprendente ya que como lo advirtiéramos en época de elecciones ninguno de los principales candidatos consideraba el tema como “política de estado”. Y claramente es un severo problema la ausencia “real” del estado en la principal causa de muerte y lesiones no natural de los integrantes de nuestra sociedad. Cuando nos referimos a “real” queremos señalar que lo “declamado” debe verificarse en el terreno de los actos.

Esta causa de muerte y lesiones no natural es evitable por su propia definición ya que proviene del comportamiento social (individual y colectivo, y hasta “institucional”). Sus características también lo definen como un “problema complejo” que no resolverán soluciones “simples”. Ahora bien, “articular” acciones en un programa complejo que pretenda erradicar el problema o minimizar sus consecuencias en el tiempo, requiere de una “gestión” cuyo liderazgo necesariamente debe ser asumido por el Estado (independientemente de la voluntad o capricho del gobierno de turno), ya que se trata del interés más general. Y esto necesariamente debe responder a una “política de estado”.

Dicha “gestión”, liderada por el Estado, debe instrumentarse mediante un programa que contemple procesos y procedimientos, ordenados hacia objetivos de corto, mediano y largo plazo, contando con la asignación responsable de recursos humanos y materiales.

Las políticas públicas no se declaman; se planifican, se presupuestan, se ejecutan, se evalúan, se rinde cuentas, se corrigen.

El usuario de la vía pública puede pensar que el problema se soluciona simplemente con sanciones o con mayor educación, el empresario puede sostener que la inseguridad vial le resta ganancias o le genera pérdidas. EL ESTADO NO.

El Estado, por definición y naturaleza, no puede sostener una mirada individual, sino colectiva y de bien común.

El Estado, por definición y naturaleza, no gestiona “lo privado” sino “lo público”. La ganancia o pérdida no se mide en moneda primariamente, sino en vidas y muertes, en salud y enfermedad.

Insistimos: se trata de la principal causa de muerte y lesiones no natural de los integrantes de nuestra sociedad. La gravedad “objetiva” que plantea la problemática de la seguridad vial, colocando a sus consecuencias nefastas muy por encima de otras causas de muertes y lesiones no naturales (Ej.: inseguridad delictual), determina la obligación del Estado (independiente del gobierno de coyuntura) de asumir una responsabilidad seria y profesional de contención de las víctimas y de encauzar su accionar a la erradicación del problema o la minimización de sus consecuencias.

El ESTADO (nacional, provincial, municipal) no puede ni debe “naturalizar” esta enfermedad social.

QUE EL CIUDADANO, EN SU “INCULTURA VIAL”, NO PERCIBA SU RIESGO INDIVIDUAL Y FAMILIAR, DE NINGUNA MANERA JUSTIFICA AL ESTADO PARA NO PERCIBIR EL RIESGO COLECTIVO Y SOCIAL.

CADA HORA, CADA DÍA DE INACCIÓN EFICIENTE SE MIDE EN VIDAS.”[/box]