Circula por internet la siguiente paradoja… “Hace cien años todo el mundo tenía un caballo y solo los ricos tenían un coche. Hoy en día todo el mundo tiene un coche, y solo los ricos tienen caballos”…
Más allá de si esto es exacto o no, la reflexión a la que nos llama es profunda. El mundo cambia y los estándares de ayer no serán los de mañana.
Un interesante informe de la consultora KPMG, de hace casi tres años, debate sobre el auto autónomo y su influencia en el mundo del seguro. Muchos CEOs de las compañías más importantes del mundo afirman que los cambios que producirá serán muy grandes, pero la gran mayoría confía en que esto sucederá mucho más adelante que el 2022. Casi el 70% afirma no estar invirtiendo ni un dólar en prepararse para este nuevo paradigma…
“Wait and see”, parece ser la estrategia. Si bien hay conciencia sobre la necesidad de cambiar modelos y pensar de modo disruptivo, o al menos de maner manera más creativa, poco y muy tímidamente se hace algo. Así como Tesla o Google podrán irrumpir en el mundo del automóvil, las Insurtech tienen la creatividad y el empuje que muchas aseguradoras no poseen y carecen de los preconceptos de los jugadores tradicionales.
Mi opinión es que las aseguradoras tradicionales tienen excelentes probabilidades de seguir liderando. Tienen el canal, la marca, los productos y los clientes. Tan sólo es necesario sumar a esa maquinaria un mayor incentivo interno a la innovación, al diálogo con el cliente y al entendimiento de las exigencias de los nuevos consumidores.
Superar el miedo a equivocarse…
Tan sólo un 5% de los CEOs o gerentes generales creen que el cambio de paradigmas sucederá durante su mandato, es decir: “Esto no me pasará a mí, lo hará y lo vivirá quien me suceda”, afirma el 95% restante.
Las corporaciones tienen como ventaja la solidez, la constancia y la continuidad de sus políticas, pero su gran desventaja (y aquí es donde los emprendedores hacen su agosto) es que tienen largos tiempos para modificar su cultura y adaptarse a los cambios.
Las corporaciones, y aquí incluyo a muchas de las grandes aseguradoras, no tienen una política que incentive el cambio: un gran éxito puede significar un bono o un ascenso, un gran error o el despido. No hay proporcionalidad, y eso hace que muchos gerentes sean muy precavidos a la hora de hacer grandes cambio. Premio y castigo no son proporcionales.
Cambios en el horizonte… Las empresas más valiosas, ¿cuáles son?
No es casual que las 5 de las 10 empresas más valiosas de la actualidad no existiera hace 40 años
Apple Inc. |
Estados Unidos | Tecnología de Información | |
Alphabet Inc A | Estados Unidos |
Tecnología de Información |
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Microsoft Corp | Estados Unidos | Tecnología de Información | |
Amazon.com Inc | Estados Unidos | Consumo | |
Facebook Inc A | Estados Unidos | Tecnología de Información | |
Berkshire Hathaway B | Estados Unidos |
Finanzas |
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Johnson & Johnson | Estados Unidos | Salud | |
JP Morgan Chase & Co | Estados Unidos | Finanzas | |
Exxon Mobil Corp | Estados Unidos | Energía | |
Bank of America | Estados Unidos | Finanzas | |
Fuente: S&P Global 1200 |
La más joven es Facebook que surge en 2004, luego le siguen Google en 1998, Amazon fundada en el 1994 y las “adultas” Apple y Microsoft creadas en 1976.
El resto se remonta al siglo 19. Esto último es también muy interesante. Lo nuevo y lo tradicional conviven si cada uno aprende del otro…
Sólo 3 de las 10 empresas más valiosas en 2007 todavía están en esa lista: Exxon, Microsoft y Johnson & Johnson.
GE, Citigroup, Bank of America, AT&T, Walmart, Procter & Gamble y Pfizer estaban entre las 10 compañías más grandes hace una década. (AT&T podría volverse significativamente más grande si los reguladores aprueban la adquisición del propietario de CNN, Time Warner)
Cambia, todo cambia, cantaba la Negra Sosa. Intentar subirse a la ola, surfearla, mantener el equilibrio y llegar a la costa es un desafío no menor. Las experiencias de las empresas tradicionales son sin duda un factor importante y permiten un apalancamiento significativo. Pero no alcanza con tener un músculo fuerte y desarrollado, hay que usarlo y adaptarlo a los nuevos tiempos.
La carrera por quienes liderarán el mundo del seguro en cinco años ya comenzó. ¿Estamos preparados para correr?