Lo calificaron como «el huracán más potente de la historia de México y del hemisferio occidental» pero los gastos económicos que generó este fenómeno en México, serán absorbidas por las aseguradoras sin que esto represente un impacto financiero, según Fitch, a pesar de la magnitud esperada de la tormenta y de haber tocado tierra en una zona turística, según publica una nota de Buena Fuente.
Asimismo, el gobierno federal estima que hay alrededor de 3.500 viviendas dañadas y el mismo número de hectáreas agrícolas, lo que representa aproximadamente el 2% del total de viviendas en la zona y menos del 1% del área sembrada en los estados afectados.
Por otro lado, las coberturas afectadas por el huracán, las más perjudicadas fueron: incendio, inundación, agricultura, marina, automóvil, y la interrupción de la actividad económica. Empresas, incluyendo hoteles, restaurantes y estaciones de servicio, han detenido sus actividades, y las pérdidas aseguradas finales dependerán, en parte, de la rapidez con la que las empresas pueden reanudar su actividad normal.
La consultora señala que las pérdidas para las compañías aseguradoras serán menores que los daños causados, debido a varios factores, como: el bajo nivel de aseguramiento de las zonas afectadas; la utilización del reaseguro, que absorberá gran parte de estas pérdidas; las previsiones realizadas con antelación por las compañías, o la buena capitalización de las compañías aseguradoras, asegura la nota de Buena Fuente.
