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Google ayuda a la detección de terremotos gracias a la información de los cables submarinos

Foto: INESE FutureLatam

FütureLatam INESE.- Un equipo de ingenieros de los laboratorios de Google está trabajando en la detección de terremotos mediante el análisis de la información que viaja por los cables submarinos.

MAPFRE aborda en su web este nuevo método, aún en pruebas, que consiste en el análisis de pulsos de luz que se lanzan junto con el resto de señales a través de fibra óptica. Midiendo los tiempos que tardan en llegar de un extremo a otro y las minúsculas distorsiones e interferencias que pueden sufrir por el camino, permite realizar un seguimiento y detectar si se han producido movimientos físicos en el cable. Denominado por los físicos como interferometría de láser ultraestable”, fue objeto de primeros trabajos publicados ya en 2018 en la revista Science.

Es sabido que el 99% de las comunicaciones del planeta viajan por más de 900.000 km de cables submarinos que atraviesan los océanos de un lado a otro. Es el método más rápido y eficiente de comunicación, por su largo alcance y porque no tiene el retardo de los satélites, que es ligero pero apreciable. El cable más largo actualmente mide 60.000 km y va desde Alemania a Corea del Sur, tocando tierra en 39 puntos intermedios. Tanto las empresas de telecomunicaciones como las grandes corporaciones (Google, Apple, Microsoft, Facebook) se unen para invertir en las empresas que los despliegan, mantienen y gestionan.

Aunque antiguamente estos cables submarinos eran de cobre, ahora por supuesto son de fibra óptica, mucho más eficiente. La luz viaja por la fibra a unos 200.000 km/s, un poco más despacio que en el vacío, porque hay material físico con un índice de refracción por el que transita. Aun así, puede dar varias veces la vuelta al mundo en un segundo y transmitir cientos de terabits por segundo por cada cable.

Detectar un terremoto observando los cables

La idea de este método de detección de terremotos es simple. Consiste en el análisis de unos pulsos de luz que se lanzan junto con el resto de señales a través de la fibra. Midiendo los tiempos que tardan en llegar de un extremo a otro y las minúsculas distorsiones e interferencias que pueden sufrir por el camino se puede hacer un seguimiento y detectar si se han producido movimientos físicos en el cable. Es algo que los físicos denominan “interferometría de láser ultraestable” y los primeros trabajos se publicaron en 2018 en la revista Science. Allí especulaban con que con suficientes datos se podría crear el equivalente a un “sismógrafo digital”.

De momento las pruebas que han hecho Google, sus ingenieros y los científicos emplean la propia red de cables submarinos de Google. Esto incluye 14 cables de empresas en las que tienen participación, y que llegan a los 134 puntos de presencia de la nube en Google Cloud. Pero lo más interesante es que no se necesitan cables nuevos: los actuales funcionan estupendamente, de modo que otras empresas podrían unirse para entre todos obtener más y más datos.

Durante 2019 Google ya monitorizó estos cables y detectó un terremoto de magnitud 7,7 que se produjo en la zona de Jamaica, a unos 1.500 km de los cables. A este le siguieron otro de magnitud 6,1 en el océano Pacífico (a 2.000 km del cable) e incluso uno de magnitud 4,5, más pequeña y difícil de detectar, en Chile, a 30 km de uno de los cables.