Las personas en el centro de acción. Ese es el eje principal de las propuestas que Fundación MAPFRE ha presentado en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados para dar un importante paso adelante en la seguridad de los usuarios de las carreteras. El fin último de las medidas que hemos propuesto es conseguir el Objetivo Cero antes de 2050, y una reducción de fallecidos y heridos graves del 50% para 2030.
A lo largo del último año hemos participado, junto con otros expertos, en una ronda de comparecencias en el Congreso de los Diputados, en calidad de entidad experta, en donde hemos aportado nuestra experiencia y nuestros conocimientos. El resultado nos convierte en una referencia en el ámbito de la seguridad vial: de las 244 medidas que se recogen en el Informe sobre la Estrategia de Seguridad Vial 2021-2030, 42 han sido propuestas por Fundación MAPFRE.
¿Hacia dónde se dirige la seguridad vial?
Partiendo de la base de que un siniestro de tráfico no debe ser nunca considerado un accidente, ya que la inmensa mayoría son resultado de factores de riesgo sobradamente conocidos que son posible eliminarlos o minimizarlos, nuestras propuestas para una nueva movilidad segura, sana y sostenible tienen una base esencial: la educación. Promovemos una educación para la vida y a lo largo de toda la vida. Desde incentivar la presencia de la seguridad vial en las aulas hasta promover el papel ejemplificador de adultos y seniors.
Mejorar la formación de los conductores y trabajar en el cumplimiento de las normas y en reconducir el comportamiento de los reincidentes, son algunas de las claves que también nos ayudarán a construir un futuro sin víctimas en las carreteras.
También es importante avanzar en la prevención de lesiones de tráfico en el ámbito laboral. Las empresas tienen un importante papel para acabar con una siniestralidad alarmante (el 74% de los siniestros de tráfico se producen in itinere) pero las administraciones también deben aplicar medidas para apoyar la promoción de la seguridad vial laboral en las empresas y las organizaciones como, por ejemplo, sucedía hace unos años con la deducción de cuotas a la Seguridad Social a empresas que dispusieran de medidas de promoción de la seguridad vial laboral, o el reconocimiento de su compromiso en esta línea en licitaciones.
Dentro de nuestras propuestas también se incorporan medidas para mejorar la seguridad de los vehículos. El uso de la tecnología podría reducir en un 50% las lesiones graves y mortales. Por ello, consideramos imprescindible la promoción de las nuevas tecnologías de ayuda a la conducción, a través del apoyo a la renovación del parque de vehículos en nuestro país, de campañas que informen sobre su uso correcto, sus beneficios y sus limitaciones y la lucha contra el absentismo en las inspecciones técnicas.
Las bicicletas y patinetes eléctricos no son juguetes, son vehículos. Fomentar las infraestructuras seguras para su uso, dar formación específica a sus conductores y también a los de vehículos a motor (para que también ellos empaticen con los usuarios más vulnerables), seguir promocionando el uso del casco en el caso de las bicicletas y hacerlo obligatorio para los patinetes o incorporar tecnologías de seguridad también en bicis y patinetes son algunas de nuestras propuestas para evitar que la siniestralidad de estos usuarios vulnerables siga aumentando. El uso obligatorio del casco en patinetes eléctricos, por cierto, ya ha sido aprobado por el Congreso y entra en vigor el próximo mes de marzo.
Mejorar el estado de nuestras vías puede incidir de manera importante en los datos de siniestralidad. Entre otras medidas, proponemos hacer una auditoría independiente del estado de mantenimiento de la red española, trabajar en la eliminación de los tramos de concentración de siniestros y hacer un despliegue generalizado de las recientes Recomendaciones de Movilidad Urbana Segura y Sostenible y de las Recomendaciones para la mejora de la Seguridad Vial en entornos interurbanos elaboradas por la DGT en 2021.
Por si estas medidas no fueran suficientemente ambiciosas, creemos que también hay que seguir trabajando en el control de la velocidad y generar en la sociedad mayor conciencia sobre la peligrosidad de los excesos, también los menores y más cotidianos, promover el uso de las tecnologías de adaptación inteligente de la velocidad, concienciar a los ciudadanos de la importancia de evitar las distracciones (incluidas las inducidas por el manos libres) y estar atentos a la integración de las formas de movilidad urbana como el sharing o al crecimiento de las flotas de delivery.
Sabemos que todavía queda mucho camino por recorrer, pero cada paso que demos nos acerca hacia el Objetivo cero. Desde Fundación MAPFRE llevamos más de 25 años trabajando para una movilidad segura, sana y sostenible. Hemos formado a más de 3 millones de niños en 20 países y hemos realizado más de 100 estudios que han servido de base de trabajo para organizaciones y gobiernos. Estamos orgullosos de haber podido participar en la definición de la estrategia de seguridad vial en nuestro país para las siguientes décadas y seguiremos trabajando para la educación y concienciación de la sociedad. Queremos conseguir que en el futuro no haya víctimas ni heridos graves en nuestras calles y carreteras antes del año 2050: así de claro y retador, pero posible.
