Los colchones de capital y la adecuación de las reservas se han fortalecido, ayudados por ganancias récord en 2023 y el primer semestre de 2024, y las reaseguradoras están bien posicionadas para una caída de los precios incluso cuando los costos de siniestros siguen aumentando y las pérdidas por catástrofes se vuelven más significativas debido al cambio climático.
Dada la abundancia de capital del sector, la calificadora de riesgos espera un mercado moderadamente más débil y más competitivo en 2025, salvo una actividad de pérdidas significativamente superior al promedio en el segundo semestre de 2024. Sin embargo, es probable que los márgenes subyacentes se mantengan cerca de su máximo de 2023-2024 a medida que las reaseguradoras mantengan su disciplina de suscripción. Fitch pronostica que el índice combinado del año calendario del sector será del 88% para 2024 y espera que su retorno sobre el capital a corto plazo sea muy sólido, cercano al 20%.
Las estimaciones del mercado sobre las pérdidas por catástrofes inmobiliarias en el primer semestre de 2024 superan los 60.000 millones de dólares, cifra significativamente superior a la media, impulsada por eventos peligrosos de tamaño mediano, incluidas varias tormentas convectivas en Estados Unidos. La mayoría de las pérdidas fueron absorbidas por las aseguradoras primarias debido a los mayores puntos de vinculación, una situación que persistirá en 2025 a medida que las reaseguradoras se mantengan cautelosas con respecto a la exposición a riesgos secundarios. El cambio climático trae consigo una actividad meteorológica más frecuente y extrema, lo que dificulta que las reaseguradoras valoren el riesgo de catástrofe.
La agencia de riesgos espera que la capitalización se mantenga muy sólida, superando los objetivos establecidos por las reaseguradoras y proporcionando un buen margen para absorber shocks.
Las reservas para bienes y accidentes se reforzaron en 2023, lo que mejoró la resiliencia de los balances y dio flexibilidad para suavizar las ganancias. Continúa el desarrollo de pérdidas generales favorable, aunque en disminución, impulsado por las liberaciones de reservas de propiedad y especialidades, pero parcialmente compensado por el desarrollo adverso en las líneas de accidentes, principalmente entre 2016 y 2019.
